"Un descarado acto de bandidaje y terrorismo internacional", según la agencia Tass
La Unión Soviética, a través de su agencia oficial Tass, pidió ayer la retirada de las tropas estadounidenses de la isla de Granada y calificó la invasión, entre otras cosas, de "desafío a la comunidad internacional", "agresión directa " y "descarado acto de bandidaje y terrorismo internacional".Moscú tenía también anoche duras palabras para los demás países de la región que participaban en la invasión, a los que calificó de "marionetas".
Pero, según Tass, toda la responsabilidad recae sobre Ronald Reagan, cuyas explicaciones al respecto sobre la "protección de vidas inocentes" y el "mantenimiento de la ley y el orden" serían una "blasfemia" y una "burla contra el sentido común".
La agencia oficial de la URSS concluía afirmando que "toda la responsabilidad sobre las consecuencias de este acto criminal recae sobre la Administración de Washington y personalmente sobre el propio presidente Reagan".
En círculos occidentales de Moscú se consideraba que, a pesar de su dureza, la nota de Tass carecía de matices amenazadores y estaba, más bien, en la "línea moralizadora" de las condenas similares dictadas por el Kremlin contra Estados Unidos e Israel durante las diversas crisis que se han sucedido en Líbano en los últimos 16 meses.
En un comunicado del Gobierno soviético -reproducido también ayer tarde en otro despacho de Tass- el Kremlin había acusado además a Washington de amenazar la soberanía y la seguridad de Nicaragua y preparar una guerra contra este país, para lo que, en la actualidad, estaría concentrando sus efectivos en países y mares vecinos.
Durante todo el día de ayer, la agencia oficial Tass fue mostrando una inaudita rapidez, llegando a rivalizar -lo que no parece ser su costumbre -en velocidad y contenido con las agencias occidentales a la hora de informar sobre lo que estaba sucediendo en la pequeña isla caribeña. Horas antes de que se desencadenara la invasión, Tass había distribuido ya un despacho en el que se afirmaba que EE UU estaba buscando una excusa para invadir Granada.
Durante los acontecimientos de la semana pasada, la prensa sovietica hizo uso de cierto eclecticismo y mucha prudencia al referirse al derrocamiento del primer ministro Maurice Bishop, quien, por cierto, visitó Moscú y se entrevistó con las autoridades soviéticas en el verano de 1982.
Bishop protagonizó entonces un pequeño incidente -que aún hoy recuerdan los corresponsales extranjeros en la URSS- al revelar durante una conferencia de prensa el montaje de la ayuda soviética a la isla y sugerir que le parecía poco.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.