Las víctimas mortales del doble atentado pueden elevarse a 50 franceses y 200 norteamericanos

A medida que pasan las horas y que los socorristas rescatan nuevos cadáveres; de los escombros del cuartel general norteamericano y del edificio donde se alojaba una compañía de paracaidistas franceses, aumenta el número de víctimas del doble atentado del domingo en Beirut; probablemente acabará por alcanzar, en las próximas horas, los 250 militares muertos: 200 marines norteamericanos y 50 soldados franceses.

Dos organizaciones hasta ahora desconocidas, el Movimiento para la Revolución Islámica Libre el Jihad Islámico (Guerra Santa Islámica), han asumido en las últimas 24 horas, en sendas llamadas telefónicas anónimas a la oficina en Beirut de la agencia de prensa francesa la autoría de las acciones terroristas, pero sus reivindicaciones merecen escasa credibilidad.El portavoz del contingente francés de 2.000 hombres de la fuerza multinacional estacionada en Líbano, teniente coronel Philippe de Longeaux, proporcionó ayer un último balance, que se eleva a 23 muertos, 15 heridos y 35 desaparecidos sepultados bajo los ocho pisos del edificio desplomado, donde se había. instalado tina compañía de paracaidistas.

El balance provisional, facilitado ayer por el coronel Timothy Geraghty, comandante en jefe de los 1.600 'marines' destacados en Líbano, asciende a 183 muertos, 80 heridos y varios desaparecidos aún sepultados bajo los cuatro pisos derruidos de lo que fue hasta su voladura, el domingo, con 1.200 kilos de explosivos, el cuartel general de la 24 Unidad Anfibia.

Desde primeras horas de la madrugada de ayer no se oyen ya voces de marines enterrados pidiendo auxilio, y el propio portavoz del contingente estadounidense de la fuerza multinacional, el comandante Robert Jordan, reconoció ante la Prensa que "sería un milagro encontrar algún cuerpo con vida". Pero puede que al término de las dos semanas que durará la operación de rescate, el número de cadáveres extraídos de las ruinas supera, con creces los de los 50 desaparecidos hasta ahora señalados Por los oficiales de EE UU.

Recital de música 'country'

Uno de los portavoces adjuntos del contingente, el capitán Wayne Johns recordó que la víspera del atentado había dado un recital el grupo de música country Magaband, al que asistieron numerosos militares, transportados a tierra desde algunos de los 10 barcos de guerra de la VI Flota norteamericana., que pueden ser perfectamente vistos desde Beirut, y también marines procedentes de toda la zona bajo control norteamericano.

Algunos de los oyentes del concierto country optaron por dormir en el cuartel general, al que los marines llamaban cariñosamente el hotel Beirut Hilton, para no volver a las dos de la madrugada -hora a la que acabó la fiesta- a sus barcos o posiciones avanzadas.

¿Cuántos hombres exactamente, además de los 200 moradores habituales del cuartel general, decidieron pasar la noche allí? Después de haber pasado lista en los buques y compañías de marines ningún oficial se ha atrevido a contestar con precisión a esta pregunta, aunque ayer, 24 horas después de la tragedia, el comandante Jordan mencionaba la cifra de 300 soldados alojados en el edificio, de 75 metros de largo y 50 de ancho.

Algunos socorristas extranjeros que ayudan a los norteamericanos en sus trabajos de rescate, afirman que los oficiales de los marines evocan en privado la posibilidad de que hasta 400 hombres estuviesen durmiendo en el cuartel. En total, cerca de 12.000 militares estadounidenses se encuentran actualmente en aguas o en tierra firme libanesa.

Geragthy, que reiteró la determinación de sus hombres a "continuar su misión" inalterada, afirmó también que los marines habían sido víctimas de una, operación "bien planificada" y "bien coordinada", a pesar de haber tomado "todas las precauciones para evitar el acceso al edificio de cualquier vehículo imprevisto".

Pero como pudieron comprobar todos aquellos que se acercaron ayer al recinto norteamericano, las medidas habían sido reforzadas: un enorme camión, provisto de una ametralladora pesada y colocado perpendicularmente a la carretera de acceso al nuevo cuartel general, impedía la entrada de cualquier vehículo que, como el que saltó los controles de los marines el domingo por la mañana, estuviese cargado ton toneladas de explosivos. "Lástima que no se les hubiese ocurrido ponerlo ahí 48 horas antes", comentó un periodista.