El golpe misterioso
Mientras el visionario Enic Gairy gobernaba en Granada, a caballo entre la brujería africano-caribeña y el fascismo tradicional, nadie mencionó para nada aquella pequeña isla, incluida en el imperio británico. Y nadie se molestó entonces en protestar por un proyecto de ampliación del pequeño aeropuerto isleño propuesto por Gairy a los británicos con el fin de dotarla de una pista capa de admitir aviones que sirvieran. para aumentar la carga de nuez moscada o multiplicar el turismo.Pero rápidamente se movilizaron los medios de comunicación estadounidenses cuando Bishop, un hombre claramente de izquierdas, derrocó a Gairy, se acercó a los cubanos e insistió en construir el aeropuerto. Para Washington, y así lo hizo público el pasado mes de marzo el subsecretario de Defensa, Fred lkle, y posteriormente lo reiteró personalmente Ronald Reagan, aquel aeropuerto constituía "un peligro para la seguridad de Estados Unidos". Según estas declaraciones, el aeropuerto puede ser utilizado por aviones soviéticos o cubanos para un posible ataque al poderoso vecino del norte. Pocos meses antes, la Prensa amarilla del continente, en especial la de Venezuela, había denunciado que esa pista podía ser utilizada por los cubanos para transportar tropas en apoyo de Guyana contra el régimen de Caracas, enfrentados ambos países por Esequibo.
En uno y otro caso, la razón geoestratégica es la situación de Granada, en el centro del llamado pasillo aéreo del Caribe, vital, según los teóricos de Washington, para el mantenimiento de la seguridad nacional. De nada sirvió entonces a Bishop y a los cubanos repetir que el proyecto era anterior, que junto a los numerosos cubanos se encuentran representantes de empresas británicas, a cargo de Id torre de control, y de suecas, aportando elementos técnico s ;
En una primera aproximación, y a la espera de acontecimientos, todo hace indicar que los beneficiarios del golpe son sólo los norteamericanos, únicos denunciadores, que se sepa, de la amenaza granadina. Si Bishop era tan peligroso izquierdista y aliado incondicional de la URSS -vía Cuba-, ¿cómo explicar que sean Moscú y La Habana los propiciadores del golpe? A engordar las confusas especulaciones contribuye, y no poco, el silencio cubano.
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