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La URSS, indecisa sobre los euromisiles

Andrés Ortega

En estos momentos, la URSS no sabe qué hacer respecto a los euromisiles, según opinan medios altamente cualificados de la OTAN. Cercano ya el día en que comience el despliegue -posible, incluso, en la primera semana de diciembre, pero más seguro a finales del año o principios de enero-, la estrategia soviética en las negociaciones ha fracasado pues "su objetivo era hacer el despliegue occidental imposible.Ahora han de digerir su fracaso y relacionarlo con un marco más amplio", comentó un diplomático occidental, para el cual la URSS está debatiendo internamente el fardo de la decisión de cortar las negociaciones.

Este análisis parte de la apreciación de que en Moscú no ha concluido aún el período de transición para equilibrar el sistema soviético. Estas fuentes atlánticas se preguntan cómo puede ser posible que haya "sillas vacias" en el Politburó. Según esta versión, antes había 15 miembros en este organismo. En la actualidad, no hay más que 11.

Hay varios elementos que los soviéticos deben tomar en cuenta. El primero es su propia definición del equilibrio nuclear, a nivel estratégico y subestratégico. Si, en un principio, Moscú aceptó discutir un acuerdo bilateral con EE UU en un contexto bilateral, posteriormente cambió su posición, con la insistencia en incluir los sistemas franceses y británicos. Ésta puede ser una argucia negociadora para dividir a la OTAN, pero también responder a auténticas preocupaciones o divisiones internas en el aparato soviético entre los que ven varios componentes en el equilibrio militar y los que tienen un enfoque global de la situación.

En este contexto, diversos medios diplomáticos en la OTAN no dudan en calificar a los Pershing II, que pueden alcanzar el territorio soviético en ocho minutos, de "arma de primer disparo" (first strike), lo cual plantea cuestiones no resueltas sobre lo que EE UU está intentando negociar en el marco de las Conversaciones para la Reducción de Armamentos Estratégicos (START).

Así, estos medios hacen hincapié en la necesidad que tiene EE UU de los Pershing II. Pues en caso de guerra, siendo necesario un primer ataque, resulta inconcebible que EE UU utilice sus grandes misiles balísticos intercontinentales (ICBM) basados en su propio territorio. La primera gran salva sería disparada por EE UU desde suelo europeo, evitando así la escalada al nivel máximo para detener la guerra. Ésta puede ser una de las razones por las que EE UU ha evitado hasta ahora mezclar las dos negociaciones, euromisiles y START.

El segundo elemento principal es cómo ha de enfocar la URSS su relación con los países europeos que no poseen armas nucleares propias, pero que se sienten amenazados en su propio territorio por los misiles soviéticos. En este contexto puede contemplarse la entrevista mantenida este fin de semana entre los ministros de Asuntos Exteriores de la URSS, Andrei Grorniko, y de la República Federal de Alemania (RFA), Hans-Dietrich Genscher, y las próximas entre aquél y sus homólogos belga y danés.

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Finalmente, está la concepción global que tenga la URSS de su relación con Occidente en Europa. Los soviéticos acudieron a la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE), en Madrid, y firmaron un documento final que un año antes hubiera sido inaceptable.

El 17 de enero se abre en Estocolmo la Conferencia sobre el Desarme en Europa (CDE), que brinda una oportunidad de cooperación potencial entre Este y Oeste.

La OTAN, por eso, espera una nueva oferta soviética encaminada a tratar de retrasar el comienzo del despliegue de los Pershing II y de los misiles de crucero, con la URSS posiblemente dispuesta a desmantelar un cierto número de SS-20 a cambio. Éste es el sentido que se ve en la OTAN a la declaración del Pacto de Varsovia. Otra posibilidad que se ofrece es que la URSS renuncie a contar los sistemas franceses, pero no los británicos que están integrados en la OTAN.

El miércoles se volverán a reunir los negociadores en Ginebra sin que se sepa si seguirán más allá de esta fecha. Para decidir cortar las negociaciones, la URSS tendrá antes que haber fusionado en sus análisis todos los elementos antes citados.

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