El pleno del POUP no ha resuelto la crisis del comunismo polaco

Los debates del pleno ideológico del Partido Obrero Unificado de Polonia (POUP, comunista) y las resoluciones adoptadas no parece que vayan a permitir al partido superar la crisis por la que atraviesa. El POUP no está en condiciones ni de recuperar la confianza de la sociedad polaca ni de ofrecer una alternativa económica para sacar al país de la crisis.El balance ofrecido en la noche del sábado a los periodistas en Varsovia no pudo ser más pobre. Apenas una serie de afirmaciones voluntaristas y de carácter ritual: "voluntad de cumplir las resoluciones del noveno congreso y de continuar en la línea de la renovación socialista de la sociedad", .más lucha y más entendimiento nacional", "afirmación del papel dirigente del partido en la sociedad" y "reafirmación de la ideología del marxismo-leninismo en la vida intelectual del país".

Después de 20 años sin haber celebrado un pleno ideológico, el Comité Central del POUP no ha sabido, o no ha podido, dar una explicación al proceso seguido en Polonia durante los últimos años; lo único que llamó la atención fue la rabia de los miembros del comité central ante la creciente influencia de la Iglesia, "el clericalismo agresivo" del que hablaron algunos de los 44 oradores.

En los textos difundidos por la agencia oficial Pap sobre las intervenciones en el pleno había escasas referencias a la clandestinidad, a Solidaridad y a Lech Walesa, lo que indica que han dejado de ser motivo de preocupación inmediata para el Comité Central del POUP. En cambio, la Iglesia católica y su creciente influencia preocupa y es una espina clavada en el corazón de los funcionarios del comité central.

Por eso muchos pidieron que se combata el clericalismo agresivo, y hay indicios de que en los próximos meses se endurezca la postura de las autoridades contra algunos de los clérigos más radicales en su oposición. Un enfrentamiento global contra la Iglesia y la jerarquía católica es menos probable, porque no parece que el régimen cuente con fuerza suficiente.

El POUP carece de la ideología capaz de despertar el entusiasmo necesario para sacar al país de la crisis. Por eso su papel ha pasado a un segundo plano, y hoy mandan en Polonia el Gobierno, los militares y los servicios secretos, pero no el partido como organización.