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LAS VENTAS

Los peores picadores de la historia

Picaron fatal a los duros novillos y también les dieron mala lidia. La mala lidia tiene su explicación, pues la dirigían novilleros; el desastroso ejercicio de la suerte de varas ya es mal endémico. Esta temporada se ha picado peor que nunca; jamás hubo, en toda la historia de la tauromaquia, peores picadores.Comentan por los mentideros taurinos (en corrillos y solapadamente) que hay una mafia del primer tercio, la cual comparten picadores y contratistas de caballos. Del primer tercio siempre, se ha dicho, con verdad, que es el angular del edificio de la lidia, y si se le degrada, toda ella queda degradada a su vez. Así sucedió ayer y así ocurre casi siempre.

La sospecha de mafiosa conducta empezó hace muchos años, con las caídas de los toros. Los taurinos disponen de buen surtido de argumentos para justificarlas, pero los aficionados de enciclopédica preparación y colmillo retorcido, apuntan al fraude y seguramente aciertan. Los taurinos preguntan: ¿Pero a quién beneficia, ¡Dios mío!, la caída de los toros? Y responden los aficionados: a los contratistas de caballos.

Plaza de Las Ventas

16 de octubreNovillos de Carmen Espinal de Blázquez, desiguales de presencia y tres chicos, aunque tenían trapío; con casta, mansos. Tomás Pallín. Dos pinchazos, estocada -aviso con retraso- y dos descabellos (silencio). Estocada y dos descabellos (silencio). Sánchez Marcos. Estocada corta contraria y tres descabellos (silencio). Media contraria, cuatro pinchazos, media estocada tendida y pinchazo hondo (silencio). Paco Mena, de Colombia, debutante. Estocada corta delantera (ovación y salida al tercio). Pinchazo, media contraria saliendo trompicado y estocada caída (palmas).

A los contratistas de caballos, que así no tienen bajas en la cuadra, y naturalmente a los picadores, que pueden practicar su oficio sin sobresaltos. A mayor abundamiento, han inventado una forma de picar, desde el catafalco en que se suben, la cual consiste en meter el puyazo atrás, donde más fácilmente hace blanco, mejor se agarra y mayores destrozos causa. Ayer no se caían los novillos, ni aún los chicos -que tenían fortaleza y casta-, pero los del castoreño se encargaban de desbaratarlos con sus alevosos lanzazos.

Difíciles que eran de suyo los novillos, con estas carnicerías quedaban a la defensiva, cabeceantes, casi imposibles de lidiar para unos jovenes novilleros que aún están aprendiendo el oficio. Desterrada de esta vil manera la ética y la estética de la fiesta, incluso la emoción inherente al juego del toro bravo, sólo quedaba para la atención del público la sórdida peripecia de la bronquedad y los recursos que frente a ella emplearan los espadas. Es lógico que fueran recursos escasos.

Los de Tomás Pallín apenas si existían: con el mejor lote hizo el peor toreo. Equivocaba terrenos, se dejaba enganchar los engaños, sufría desarmes. Es evidente que el toro de casta no le va, por el momento, a Tomás Pallín. Veremos el año que viene.

Sus compañeros, en cambio, exhibieron mejores maneras. Sánchez Marcos, la serenidad ante los árduos problemas de las reses, principalmente. A las reservonas e inciertas acometidas, correspondía con un aplomo y un valor consciente impropios de novillero. El colombiano Paco Mena, por su parte, hasta se permitió el lujo de correr la mano, y la corría bien.

Generalmente, no se espera de toreros americanos que muestren depurado estilo y, sin embargo, Paco Mena lo apunta. Al cardenito que le correspondió en primer lugar lo tomaba el público por poca cosa, pero tenía casta y, por tanto, mucho que torear. Que redacte informe, para quien lo dude, José Ibáñez (ayer peón, hasta hace poco matador de alternativa), que sufrió la arrancada tremenda del cardenito, crecido en banderillas, y de poco sale cogido. Llegó este novillo noble a la muleta, aunque agresivo, y Mena lo pasé con buena técnica y gusto en varias series de naturales. Al sexto lo trasteó eficazmente, sin perderle la cara, y resolvió así las muchas dificultades de unos acosones broncos y sin fijeza, pues el novillote sólo quería huir y tenía mal conformar.

Terminó con este festejo la temporada en Las Ventas, bajo amenazantes nubarrones, frío, viento, alborotada lidia, japoneses con bufanda y los peores picadores de toda la historia. La empresa entra ahora en fase de reflexión y sería deseable que le sirviera para restaurar, el próximo año, toda la autenticidad del primer tercio, con otro contratista de caballos, otros caballos, otros picadores. Y en los chiqueros, luz y taquígrafos; bueno, entiéndase, luz por lo menos, y no tinieblas, oscuros presagios, siniestras intenciones, como suele acontecer.

Cogida de El Melenas, en Valencia

El Melenas sufrió lesiones de pronóstico reservado al resultar cogido cuando muleteaba al sexto toro en el festival benéfico que se celebró ayer en Valencia. Fue atendido de contusión en hemitórax, con probable fractura costal y fuerte choque traumático.En este festejo, organizado a beneficio del Montepío de Toreros de Valencia, actuaron los diestros regionales Ricardo de Fabra (oreja), Santiago López (pitos), Julián García (silencio), Sebastián Rodríguez (vuelta protestada), Manolo Sales (oreja), El Melenas (oreja, que le llevaron a la enfermería), Santiago Durio (vuelta) y Fernando Iglesias (ovación).

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