Felipe González convenció a sindicatos y patronal para que concierten la política social para los proximos años

Gobierno, sindicatos y patronal Negaron ayer al acuerdo de comenzar con carácter inmediato las negociaciones de lo que será, en palabras del ministro de Trabajo, Joaquín Almunia, "un pacto más importante que el Acuerdo Nacional sobre Empleo". En una solución salomónica -habrá mesas bilaterales, como querían la Confederación Española de Organizaciones Empresariales y UGT, y mesa tripartita, como quería CC OO-, el Gobierno y los agentes sociales iniciarán la política de concertación, no sólo para 1984, sino también para los años siguientes.

El Gobierno discutirá, por separado, con centrales y patronal aquellas materias que incidan en las relaciones laborales: Seguridad Social, mercado de trabajo, reconversión industrial, cobertura de desempleo, etcétera, y dejará a los agentes sociales todo lo referente a la negociación colectiva.La reunión celebrada ayer en el Palacio de la Moncloa, convocada por el presidente Felipe González, entre Gobierno, sindicatos y patronal, sirvió para que se reconciliaran posturas aparentemente antagónicas respecto al método para llevar a cabo la concertación social. CC OO, por boca de su secretario general, Marcelino Camacho, había insistido minutos antes en la reticencias de parte del Gobierno para sentarse a negociar. La postura dé este sindicato, suficientemente explicitada en los pasados días, se basaba en que cualquier acuerdo tendría que ser conjunto, y abogaba por el establecimiento de una sola mesa negociadora en la que patronal, sindicatos y Gobierno asumieran cualquier compromiso.

Frente a esta posición, UGT y la CEOE, defendían que el Gobierno no debía inmiscuirse en temas que eran de absoluta competencia de los agentes sociales. En todo caso, admitían la posibilidad de que el Ejecutivo tratara determinados temas con sindicatos y patronal, pero dejando muy claro que en otros aspectos, era bueno y conveniente su exclusión.

La solución surgida tras el encuentro de ayer, da, en principio, satisfacción a todas las partes. El Gobierno no intervendrá en la negociación colectiva, y sus indicaciones en materia salarial tendrán únicamente carácter orientativo, pero se reunirá, por separado con sindicatos y patronal, para discutir su programa de actuaciones, en aquellas materias que afecten a las relaciones laborales. Se tratará de encuentros que, en cada caso concreto, convocará el ministro correspondiente y que necesariamente no habrán de tener su reflejo en ningún "papel" firmado.

Una vez que las conversaciones vayan avanzando habrá una reunión en la que, por primera vez, todos los interlocutores -Gobierno, sindicatos y patronal- pondrán sobre la mesa el resultado de sus encuentros. Se tratará entonces de instrumentar -con la normativa, adecuada cuando sea necesario- los acuerdos definitivos. Serán por tanto, y así lo manifestaron tanto el presidente de la CEOE, Carlos Ferrer, como los secretarios generales de UGT y CC OO, Nicolás Redondo y Marcelino Camacho, respectivamente, unas conversaciones largas y que pueden ayudar a definir las líneas de actuación del Gobierno en los próximos años.

Posiblemente la próxima semana comenzarán los encuentros en el Ministerio de Trabajo para discutir con ambas partes -siempre por separado- los proyectos de este Departamento. Joaquín, Almunia, que junto con el ministro de Economía, Miguel Boyer, acompañó al presidente González, aseguró que lo más probable es que uno de los primeros temas a tratar sea el de la regulación del mercado de trabajo. Su ministerio tiene ultimado el proyecto sobre contratación temporal que será presentado a los agentes sociales.