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El secuestro del capitán

El secuestro del capitán Martín Barrios por ETApm es un escalón más -tras la guerra de las banderas- en la provocación terrorista a las Fuerzas Armadas como único medio de destruir el sistema democrático español.El hecho no tiene precedentes y es de indudable gravedad, no sólo por la tensión que ello añade al estado de cabreo militar que alcanzó su clímax recientemente con las declaraciones y fulminante pese del general Soteras.

La acción etarra es típica de lo que se llama guerra psicológica. Se va a intentar jugar con el calvario del capitán Martín Barrios para provocar la máxima tirantez entre los compañeros del secuestrado y el poder civil que, evidentemente, no puede acceder al chantaje y dejar sueltos a los presuntos terroristas juzgados por el asalto al cuartel militar de Berga.

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Chantaje inaceptable
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Si recordamos la crisis que sacudió a Italia durante el secuestro y posterior asesinato de Aldo Moro, podemos suponer hasta qué punto puede subir la temperatura política española en los próximos días o semanas. Es cierto que los militares son el cuerpo social más consciente de que ceder al chantaje de las armas no es garantía de la vida de nadie, sino seguridad de que habrá más chantajes en el futuro.

El Ejército tiene que hacer gala de la máxima serenidad, y el poder civil debe hacer comprender a los ciudadanos de paisano o de uniforme que el reto es colectivo: a España, a su libertad y al Ejército que defiende ambas.

, 8 de octubre

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