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Importante información sobre el 23-F y la trama golpista, entre los documentos sustraídos en dependencias policiales

Carlos Yárnoz

Importante información confidencial sobre el 23-F y sobre otras actividades involucionistas realizadas por militares y por grupos ultraderechistas civiles figura entre los 2.000 expedientes que hace varios meses fueron sustraídos de la Brigada de Interior por funcionarios destinados en ella. Los documentos han sido entregados ahora voluntariamente por dos altos funcionarios policiales, pero, hace ya varias, semanas, algunos altos cargos policiales sabían qué policías tenían en su poder los documentos confidenciales y, sin embargo, prefirieron no intervenir.

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Según fuentes del Ministerio del Interior, entre la documentación sustraída inicialmente figuran expedientes sobre partidos políticos, personalidades de diversas áreas del Estado y grupos terroristas. Varios centenares de expedientes se refieren a miembros del PCE y del PSOE, entre ellos el propio ministro, José Barrionuevo.Las fuentes informantes prefirieron ayer no profundizar en el contenido concreto de los expedientes, ya que, según comentaron, una vez conocido el uso que se ha dado a los mismos en estos meses, pueden aparecer nuevos implicados. Según estima el propio director general de Policía, Rafael del Río, la investigación puede concluir en una semana.

Del Río había nombrado un comisario instructor interior, Alberto Pérez Cayuela, para realizar la investigación sobre documentos confidenciales desaparecidos. El correspondiente informe estaba prácticamente concluido, pero ha sido abierto nuevamente tras la devolución de los 2.000 expedientes. El comisario instructor ya interrogó anteayer a Fernández Dopico y ayer a José Luis Rodríguez Zarco. La autoridad judicial también ha sido alertada.

Ayer todavía no se sabía con certeza si, mientras los funcionarios policiales han tenido en su poder los documentos, se han hecho copias de los mismos. Días antes de la constitución del Gobierno socialista, el actual vicepresidente del Ejecutivo, Alfonso Guerra, afirmó que tenía en su poder documentos que mandos policiales habían ordenado destruir. Sin embargo, las distintas fuentes informantes aseguran que los expedientes entregados no fueron los únicos que desaparecieron.

Rescatados de la quema

De acuerdo con la versión facilitada ayer mismo por Rafael del Río, Sebastián Fernández Dopico, jefe de la Brigada de Interior hasta el pasado mes de enero y ahora destinado en la comisaría de Entrevías, y José Luis Rodríguez Zarco, destinado ahora en la comisaría madrileña de Ventas, se presentaron a principios de la semana pasada en su despacho. Fernández Dopico, hermano del que fue director general de la Policía, le comunicó que tenía en su poder 2.000 expedientes confidenciales. Del Río pidió que se entregara la documentación inmediatamente, lo que hicieron los dos funcionarios horas después.

Según fuentes próximas a Rodríguez Zarco, poco antes de las pasadas elecciones legislativas, cuando existía la general convicción de que serían ganadas por el PSOE, se inició un continuo traslado de documentación confidencial desde diversas dependencias, entre ellas la Brigada de Interior, a la Comisaría General de Información, ya que, según comentaron algunos mandos policiales, se estaba procediendo a una "refundición" de los expedientes para informatizar los archivos.

Sin embargo, y según estas fuentes, gran cantidad de expedientes desaparecieron y, de hecho, funcionarios de policía que tuvieron conocimiento directo de los hechos han asegurado que muchos documentos fueron quemados en un horno especial existente en la sede del Banco de España, habitualmente empleado para quemar los billetes que se retiran de la circulación. En aquellas fechas, el director general de la Policía era José Luis Fernández Dopico, hermano de Sebastián, entonces jefe de la Brigada de Interior, quien solicitó a Rodríguez Zarco, destinado en la unidad, que "recuperara algunos documentos, para evitar su desaparición". Rodríguez Zarco atendió la solicitud y se llevó los 2.000 expedientes a un lugar desconocido. La entrega se ha realizado ahora porque Sebastián Fernández Dopico creyó que era un momento oportuno para la devolución y así lo comunicó a Rodríguez Zarco.

Al parecer, no fue éste el único caso en que se impidió la desaparición de documentación confidencial. Según otras fuentes, algún funcionario policial que mantenía buenas relaciones con dirigentes del PSOE también se llevó documentos o copias, lo que explicaría que algunos informes llegaran a Guerra.

Mariano Baniandrés -cuando fue nombrado jefe de la Brigada de Interior, en enero pasado- encargó a su principal colaborador, Juan José Medina, que hiciera una relación sobre los documentos que había en la unidad. En esa inspección se observó la ausencia, entre otros, de los 2.000 expedientes, pero -según Del Río- Baniandrés, que fue sustituido en el cargo, el pasado mes de julio, no comunicó oficialmente el hecho hasta transcurridos tres o cuatro meses, momento en que se abrió una investigación. Según las fuentes próximas a Rodríguez Zarco, fue después del cese de Baniandrés cuando Fernández Dopico comenzó a plantearse la devolución de los 2.000 expedientes.

De acuerdo con la versión de Del Río, los funcionarios que han entregado los expedientes han comentado que prefirieron no entregar a Baniandrés los sustraídos porque no tenían confianza en él, ni tampoco en Juan José Medina, ,hombre de confianza de Baniandrés y también detenido, acusado de haberse llevado documentos de la brigada hace pocos meses.

Del Río declaró ayer que el Ministerio del Interior es el primer interesado en aclarar las responsabilidades.

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Sobre la firma

Carlos Yárnoz
Llegó a EL PAÍS en 1983 y ha sido jefe de Política, subdirector, corresponsal en Bruselas y París y Defensor del lector entre 2019 y 2023. El periodismo y Europa son sus prioridades. Como es periodista, siempre ha defendido a los lectores.

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