El robo de las reliquas de san Francisco de Paula conmueve a Calabria

Los calabreses están de luto. Manos sacrílegas han robado las reliquias de san Francisco de Paula, su santo patrón. Está de luto toda la gente del mar, porque san Francisco es además el santo de todos los marineros. Los ladrones penetraron en los días pasados en la capilla del santo, en la pequeña villa de Paula, centro de peregrinación de toda Calabria, y, tras desconectar el modernísimo sistema de alarma, se han llevado todo lo que han podido: el busto de plata del santo, obra artística de 1500, un crucifijo de oro de 1400, la lámpara votiva, de plata maciza, regalo de las autoridades calabresas.Pero, lo que es más importante, se han llevado las pocas reliquias que los calabreses conservaban del santo milagroso, ya que su cuerpo estaba aún en Francia, a donde san Francisco había ido hace exactamente ahora cinco siglos. Precisamente, una de las reliquias era un diente que el santo había regalado a su hermana antes de dejar la región calabresa para ir a Francia, donde el anciano rey Luis XI lo esperaba con la esperanza de que san Francisco, ya con fama de taumaturgo, le hiciera el milagro de alargarle la vida.

Otras reliquias robadas son una camisa del santo y unos calcetines con historia: los calabreses, tras muchas y largas negociaciones, habían conseguido en 1935 que se los devolvieran los franceses.

Es conmovedor ver a aquellas personas sencillas, campesinas, o a los pescadores, que mientras se enjugan la cara llena de lágrimas dicen a los periodistas: "Estamos ya recogiendo dinero. Daríamos todos nuestros ahorros con tal de que vuelvan las reliquias al santuario". Un pescador, en el colmo de su desesperación, llegó a decir ante las cámaras de televisión, arrasado en llanto: "Yo daría hasta un hijo para rescatar esas reliquias; sí, a un hijo".

Hay quien asegura que se está moviendo hasta la Mafia para rescatar las reliquias. Son cosas, dicen, que disgustan incluso "al corazón de un mafioso". De hecho, existe ya un precedente: cuando fue robado el tesoro de la Madonna negra de Seminara, uno de los santuarios marianos de Calabria más tradicionales y más venerados, la Mafia de Regio Calabria consiguió que los ladrones devolvieran las reliquias robadas.