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Estancadas las negociaciones para la reforma de la CEE

Andrés Ortega

La negociación interna para la reforma de la CEE no avanza. Los ministros de Asuntos Exteriores y de Finanzas de los diez, reunidos conjuntamente por segunda vez desde la cumbre de Stuttgart en un consejo especial, examinaron ayer la reforma interna de la financiación de la comunidad y las nuevas políticas de la CEE que pudiesen llevar a una regeneración de la industria europea y de la idea comunitaria. iras un debate convulsivo, la reunión finalizó en la tarde de ayer, en lugar de prolongarse hasta hoy, en contra de lo que estaba previsto. Aparentemente no hay mucha prisa por resolver los problemas. La gran cita es para la cumbre europea de Atenas, el 6 de diciembre, por cuyo éxito pocos se muestran, dispuestos a apostar. Entre tanto, España ha de aguardar.La discusión del pos-Stuttgart en la CEE gira en torno a cuatro preguntas: ¿quién paga?, ¿cómo se reparten estos fondos?, ¿qué reforma hay que hacer en una política agrícola vieja de 25 años? y ¿hay que adoptar nuevas políticas comunitarias en otros campos? La verdadera cuestión, con los recursos financieros de la CEE a punto de quedarse cortos, es que las estructuras de la CEE datan de 1958, época del boom económico, y ahora han de adaptarse a un más modesto crecimiento.

La política agrícola y los fondos estructurales fueron objeto de examen el 30 de agosto, remitiéndolos a un grupo especial. Los ministros debatieron ayer la cuestión de la financiación, reafirmando las diversas posturas nacionales, y el capítulo de las nuevas políticas. En este último punto, en los últimos días: han llegado cuatro contribuciones al menos interesantes. La Comisión Europea, órgano ejecutivo y burocrático de la CEE, favorece la solución europeísta de crear un espacio financiero estable. Francia, por su parte, presentó un memorándum solicitando la creación de un espacio común para la industria y la investigación -pública y privada-, por medio de un proteccionismo poco disimulado a nivel de la CEE. El Reino Unido acepta esta idea general, desechando, sin embargo, su componente proteccionista. Londres pide acción a nivel comunitario cuando no se pueda lograr el mismo resultado -o resulte más caro- por medio de políticas nacionales. Éstas, en cualquier caso, habrían de quedar mejor coordinadas y llevar así a una convergencia económica entre los diez.

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