'La tempestad' de Nuria Espert registró una fría acogida en Belgrado
Shakespeare y Núria Espert resultaron incomprendidos en la versión catalana de La tempestad, presentada los pasados sábado y domingo en Belgrado, y a la que asistieron, en el Teatro Nacional de la capital yugoslava, desde el alcalde de Belgrado hasta la plana mayor de la crítica y el público nacionales. Núria Espert había cosechado siempre los mejores laureles del Festival Internacional de Teatro de Belgrado (BITEF). Pero la aventura que supone meterse con el testamento filosófico de Shakespeare no convenció al público belgrandense.Buena parte del Teatro Nacional, repleto al principio, quedó vacío tras el descanso. Núria Espert echó en falta la crítica de los grandes diarios europeos, "que han hecho de este BITEF lo que es", ausentes este año debido a la depresión económica yugoslava, que ha hecho contar a los otrora magnánimos organizadores del festival hasta el último céntimo.
Yerma, Las criadas y Divinas palabras son los grandes éxitos de Núria Espert en pasados BITEF, uno de los mejores festivales del mundo. La actriz catalana habría repetido en Belgrado el reciente éxito de Edimburgo con Doña Rosita la soltera, de Lorca. Pero Peter Brook ya había advertido a Núria que La tempestad suponía una maravillosa y difícil aventura. Ella aseguraba en Belgrado: "Cada vez me siento más cerca de esta obra cautivadora".
El argentino nacionalizado francés Jorge Lavelli, director de la obra, había sido presentado en Belgrado como "el nombre más importante, probablemente, de este festival" por Yovan Chirilov, gran nombre del teatro nacional y selector de obras para el BITEF. Pero la crítica ha sido inclemente con el inmenso cajón de madera de 14 toneladas que llena todo el escenario y del que, por puertas y resortes, entran y salen los actores. "La misteriosa isla de abundancia tropical de Shakespeare se reduce en La tempestad de Núria Espert a una caja de madera herméticamente cerrada", comenta el diario Polítika. Este periódico ve en la magnanimidad de Próspero la atenuación humanista de una vertiente importante de Shakespeare: la sed de poder. Preguntada acerca de muchas y más cosas en conferencia de Prensa, Núria Espert explicó que "Felipe González podría ser ese Próspero capaz de reconciliar a las dos Españas".
No son el público belgradense ni su crítica los más adecuados para hablar de esta obra. Mira Trailovich, la yugoslava que mueve el BITEF desde su nacimiento, directora del Festival de Naney hasta hace poco, declaró haberse traído a Núria Espert a Belgrado a sabiendas de que su obra suscitaría resistencias en el público, "aunque no tantas". Lo que Belgrado no puede hacer, en palabras de Mira Trailovich, es "intentar implantar nuestros criterios teatrales sobre el curso mundial del teatro".
La tempestad catalana; el Rey Edipo yugoslavo y El sueño de una noche de verano germano-occidental forman el trío de temas clásicos de este BITEF. El resto, siete obras, constituye un regreso al actor, a lo histriónico, sin ataduras de guión ni dirección, como en El bufón de la reina, del checoslovaco Boleslav Polivka, o El doble y el paraíso, del teatro vienés Serapion.
Babelia
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