Doña Lola
Llevamos una semana que nos hemos puesto muy iconoclastas y eso no puede ser bueno para nada. En pocos días le hemos quitado a Franco el caballo (o al caballo le hemos quitado Franco), en Valencia, y le hemos quitado toda la ropa a doña Lola Flores, en Interviú.Son como dos tenias cinematográficos de la misma operación. Lola Flores fue un tótem empitonado del franquismo y Franco fue el tabú folklórico* de los cuarenta/cuarenta. Se ha sa bído, por fin, que Franco (el de la estatua) sólo era medio hombre centaurizado en un caballo, y se ha sabido, ya era hora, que doña Lola tenía los pechos caídos, como siempre nos habíamos temido, ay. Una vez al año, por el 18 de julio en La Granja, cuando el Caudillo alargaba la mano par kinsoniana hacia el pirimer taquito de jamón, se encontraban el César Visionario y la Emperaora, que rompía con su zambra, pri mero fue de un tratante y olé y luego fue de un marqués, que la cubrió de brillantes y olé, de la cabeza a los pies. Lola Flores, a quien hoy trato algo y quiero mu cho, fue la metáfora involuntaria de un Régimen hecho de malas metáforas, un régimen que tam bién fue de un tratante, primero, -o sea alguno de los banqueros que manejan todos los historia dores del rollo, y luego fue de un marqués, el de Villaverde, que cubrió de brillantes, de la cabeza a los pies, algunas Virgenes tradicionales de provincias y no sé si alguna señorita que ya llegaba tarde a virgen, todo a, cambio de la exclusiva de la vespa y el vespi no, y un quiráfano para operar en la Fundación Jimétiez Díaz. Una mañana temprano estuve en una operación de Villaverde, con un fotógrafo, para un reportaje. Tenían un obrerete del Seguro a corazón abierto y el marqués cantaba y hacía chistes mientras iba realizando su trabajo. La lucerna estaba llena de chicas de Medicina y el marqués levantaba de cuando en cuando la cabeza para sonreírlas o brindarles el obrerete. Se me acercó un ayudante del quirófano: -¿Se marea usted, joven? -No, en absoluto. -Salga a vomitar al jardín. Todo nos ha llegado tarde por culpa de Franco. Incluso el franquismo. Hay liberales y como monárquicos de toda la vida que ahora se están haciendo franquistas. Qué rayos pasa aquí. Doña Lola, lo mismo. No me duele que se haya quitado el sostén, sino que se haya quitado el Lazo de Isabel la Católica. Por lo menos el Lazo, doña Lola, lo tenía usted que haber conservado sobre su pecho de cobre, edades y Españas. ¿Para ego le dimos a usted un Lazo? El cuarentaflismo otorgaba Lazos isabelinos / isabelones a estas grandes Tiranas de la cosa, porque se disimulaban los excesos, y la democracia les da unos miles de pesetas porque se quiten el cordón de su corpiño y hasta el belcor. Me parece que llevamos la desmitificación y la iconoclastia demasiado de prisa. Hemos empezado la temporada política con una marcha que puede llevarnos a toiJos incluso a la democracia. Ya se ha contado en esta columna que Mónica Randall, musa dulce de ugeté, transparentaba braga en la manifestación/Pinochet del domingo. A esa misma hora, Pinochet comulgaba -en Chile, según fotos de agencia. "Se vacabá, se vacabá la dictadura militá", cantaban, muy candongos, los chilenos verité de Bravo Murillo. Pero el capitán general de Valladolid ha dicho una palabra más alta que otra, o sea que no sé. "Se vacabá, se vacabá". Como bailete está bien. Otra desmitificación. El capitán general ha desmitificado a Tejero, que estaba ya en la Historia como el último pronunciado del XIX, diciendo que es un patriota y un caballero. Y doña Lola, encima, las tiene caídas.
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