Diego Prado, secuestrado por ETA, declaró en el juzgado

Diego Prado y Colón de Carvajal, que permaneció durante 73 días secuestrado por la organización ETA militar, acudió ayer por la mañana al Juzgado Central de Instrucción número 1 de la Audiencia Nacional, donde prestó declaración sobre aspectos relativos al secuestro. La declaración judicial se llevó a cabo ayer, debido a que en el momento de ser liberado, el 6 de junio de este año, se encontraba en lamentables condiciones físicas y psíquicas.Diego Prado llegó al juzgado acompañado por su hermano Manuel y un policía amigo de la familia. Desde las 11,30, y durante una hora, el financiero, informó al juez de las vicisitudes del secuestro y cambió impresiones con él, ya que son amigos.

En la declaración, realizada por Diego Prado, que consta de dos folios, figura que la habitación en la que estuvo recluido tenía unas dimensiones de 2 metros de largo por 1 de ancho y 1,90 de alto (Diego Prado mide aproximadamente 1,85 metros). Había goteras que hacían que el recinto fuera muy húmedo, y los secuestradores tenían puesta música a todo volumen. Los secuestradores llevaron el rostro cubierto en todo momento, por lo que el financiero no puede reconocerlos.

Diego Prado fue examinado por el forense. Al parecer, la situación psíquica de Diego Prado evoluciona hacia la normalidad, aunque, no está todavía recuperado totalmente.

A la salida del juzgado, Diego Prado no quiso hacer declaraciones y su hermano Manuel afirmó que se trataba de cumplir un trámite judicial normal.

Por otra parte, el juez central 1 Ricardo Varón, que instruye a causa, manifestó a EL PAIS que ésta era la única diligencia que le faltaba para concluir el sumario.

En este sumario se encuentra procesado y en prisión Juan María Tapia Irujo, que fue detenido a raíz del rastreo de la zona norte de Madrid. Junto a Tapia Irujo fue ron detenidos también José Antonio Garbi del Rio, Yolanda Pequeño y Pilar Nieva Pérez.

El rescate d el financiero se aproximó a los 180 millones de pesetas, que, al parecer, fueron entregados a través de dos bancos, uno español, no perteneciente a los siete grandes, y otro francés.