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Madrid, capital diplomática de Europa

Extraños reencuentros los que se producen desde el miércoles en la capital española entre los ministros de Asuntos Exteriores de los 35 países, que hace exactamente 10 años abrían lo que se ha dado en llamar el proceso multilateral de la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa y desde hace tres años iniciaban en Madrid una nueva fase del mismo proceso, el más penoso de todos y que el azar ha querido que se termine cuando se produce uno de los incidentes aéreos más graves de la posguerra. ( ... )Es verdad que esos encuentros han servido tanto a la invectiva como a la negociación de acuerdos de cooperación. Ya al principio de 1982, varios ministros se habían encontrado en Madrid para denunciar el golpe del general Jaruzelski en Polonia. La crisis de Afganistán ha pesado durante los trabajos. Gromiko y Shultz se explican este miércoles sobre la destrucción del avión surcoreano en el momento en que Moscú acaba de admitir la paternidad de la decisión fatal. Pero es verdad que el foro de Madrid, así como la ONU y el Consejo de Seguridad, está destinado a servir de válvula de escape a la indignación y a las luchas verbales.

Pero el trabajo de los diplomáticos no se detiene ahí. La lectura del documento final de Madrid es bastante instructiva a este respecto. Por una parte, algunos homenajes a la distensión, que los firmantes se dicen decididos a transformar en proceso efectivo, continuo, cada vez más viable y global, de alcance universal, aparecen superados a la hora en que la palabra misma de distensión es desterrada del vocabulario occidental. Más contradictorio todavía, después de la destrucción del avión surcoreano, el deseo que el no recurso a la fuerza o a la amenaza o el empleo de la fuerza sea estricta y efectivamente respetado. Pero el texto está también Reno de promesas que merecen retenerse. Los ciudadanos de los países del Este que esperan la autorización de emigrar se sentirán felices, porque debe dárseles una respuesta en un plazo fijo y no serán sancionados por su petición.(...)

8 de septiembre

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