"Si el Fondo Monetario Internacional analizase el déficit de Estados Unidos, no le prestaría ayuda", según Felipe González
Si las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), en su próxima reunión, "analizan el déficit de los Estados Unidos, como podrían hacerlo con los países del sur del continente, seguramente se negarán a prestarle ayuda", afirmo el presidente del Gobierno, Felipe González, en el acto de Inauguración del VII Congreso, Mundial de Economía que, ayer se inició en Madrid. El presidente del Gobierno, ante 2.000 economistas de todo el mundo, confesó su desconcierto "ante la repetida y demostrada impotencia de las distintas, y a veces contradictorias, recetas económicas propuestas para dar solución satisfactoria a esa enfermedad que todos percibimos" (la crisis económica) "sin conocerlo.
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G.,
Felipe González criticó de forma decidida en su discurso el egoísmo de las grandes potencias industriales que están buscando solucionar sus crisis internas a costa de los países más débiles, al tiempo que insistió "en que una cooperación y una coordinación lo más amplia y solidaria posible es una condición necesaria para poner fin a esta difícil y penosa circunstancia de crisis económica".En cuanto a la precariedad de las actuales recetas económicas para hacer frente a la crisis, el presidente, entre otras cosas, dijo que "un primer interrogante que se plantea es si existen realmente soluciones técnicas a los problemas económicos o si, por el contrario, la crisis no es posible abordarla como un fenómeno económico, sino que afecta a muchas otras esferas de la sociedad". También se vive la crisis a nivel político, añadió Felipe Gonzalez: "la actual tensión Este-Oeste limita y determina la relación entre el Norte y, el Sur".
El presidente del Gobierno dijo que "algunos llegan a decir que las soluciones técnicas a los problemas económicos si existen pero que los Gobiernos no son capaces, o no tienen fuerza política suficiente para porierlas en práctica. Esto lo afirman tanto los que proponen un tipo de política como aquellos que, desde otras posiciones, proponen justamente la contraria".
"Estamos confrontados a grandes dilemas, ya que ni existe un consenso en cuantoa las causas de la crisis ni en lo que se refiere a los medios para resolverla. No me cabe duda que las causas de la crisis son múltiples y que las medidas a adoptar deben ser variadas y comportan costes alternativos que es necesario calibrar. Pero el reto permanece y la búsqueda de una solución requiere todos nuestros esfuerzos".
Felipe González hizo hincapié en que "el desempleo constituye actualmente la secuela más nefasta de la crisis y el problema cuya solución se presenta como prioritario". Ante esta circunstancia, "debemos plantearnos seriamente nuestro modelo socioeconómico, ya que nos encontramos ante la incapacidad de satisfacer uno de los derechos humanos más elementales: el derecho al trabajo".
Dos tipos de ciudadanos
Tras citar las altas cifras de paro en el los países de la OCDE, que superan el 10%, se refirió al desatino que desde el punto de vista económico supone el desaprovechar un notable potencial de recursos humanos, lo que aumenta "la brecha entre lo que podríasmos producir y lo que producimos". Y añadió : "¿No corremos el riesgo de institucionalizar dos tipos de ciudadanos, los que tienen y los que no tienen trabajo, amenazando de este modo la estabilidad, la ampliación de la democracia y la misma convivencia en paz?"
El presidente indicó que ninguna política económica, de cualquier signo, ha resultado satisfactoria para resolver el problema de estancamiento, la inflación y el paro. Dijo que desconfiaba de las doctrinas radicales de uno u otro signo y se mostró partidario de soluciones graduales.
Se refirió a la interdependencia económica entre los distintos países y a la necesidad de acercar el nivel de vida de los países en desarrollo a la de las naciones industrializadas. Manifestó que al fracaso de la lucha contra la crisis había que añadir este otro, ya que las desigualdades entre países pobres y ricos se han agravado. Mencionó el egoísmo de los países industriales, que tratan de trasferir sus crisis a los países vecinos, y citó en este sentido las resistencias de la CEE a la entrada de España y Portugal; dijo que resultaba paradójico que las naciones más necesitadas de capital para su industrialización sean las que están financiando los déficit por cuenta corriente de gran parte de los países industrializados y, sin mencionar expresamente a EE UU, añadió: "¿es asimismo normal que determinados países, disponiendo de una gran influencia en el ámbito internacional transmitan los efectos nocivos de una política restrictiva interna elevando desmesuradamente los tipos de interés reales?"
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