Llamamiento de Reagan para hacer frente a la "inexcusable brutalidad" de Moscú

El presidente Ronald Reagan invitó ayer a los dirigentes de todo el mundo a unirse frente a los actos "inexcusables de brutalidad" de la URSS, horas después de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas suspendiera, probablemente hasta el martes, sus debates sobre el derribo del Boeing 747 coreano. Este suceso puede convertir la prevista reunión de ministros de Asuntos Exteriores de los países participantes en la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa, que se va a celebrar los próximos días 7, 8 y 9 en Madrid, en un choque dialéctico, más que en el esperado renacimiento de la distensión.

Los soviéticos no tienen en cuenta ningún tipo de sufrimiento humano", dijo Reagan en su alocución radiofónica semanal, y "nos compete a todos nosotros, líderes y ciudadanos del mundo, hacer frente a los soviéticos de manera absolutamente firme". Horas antes, el representante de la Unión Soviética en el Consejo de Seguridad, Richard Ovinokov, presentó en la reunión que discutía el derribo del avión surcoreano la versión ofrecida por la agencia Tass, en la que se afirma que el aparato de la Korean AirIines con 269 personas a bordo participaba en una operación de espionaje montada por los servicios secretos norteamericanos.El delegado estadounidense, Charles Lichenstein, acusó a Moscú de "mentir vergonzosa y groseramente" sobre la desaparición del aparato y de mostrar "un completo desprecio -inherente al sistema totalitario- a la comunidad internacional y a las mínimas normas de conducta civilizada".

Las intervenciones en la reunión fueron de absoluta condena a Moscú -"acto incalificable", "lenguaje despreciable", "explicaciones grotescas", "atroz historia", eran expresiones utilizadas por los asistentes- y, ante la creciente tensión, el representante de Canadá propuso un plan de tres puntos. El proyecto canadiense sugiere que el secretario general de las Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar, lleve a cabo una investigación imparcial; que la Organización Internacional de la Aviación Civil emprenda, junto con Pérez de Cuéllar, una investigación en profundidad, y que la URSS se avenga a compensar a los familiares de las víctimas de la catástrofe.

En el momento de suspenderse la sesión, el presidente en ejercicio del Consejo de Seguridad, el guyanés Noel Sinclair, anunció que la próxima reunión será convocada "tras realizar consultas". En medios diplomáticos se considera que se mantiene el viaje "la atmósfera y el, orden del día" se verán afectados.

Según Speakes, no hay que descartar que Washington tome medidas contra Moscú, pero Reagan consultará antes con los dirigentes del Congreso y con los aliados. Las medidas no serán de carácter económico, según se deja intuir, y entre los analistas se considera que pueden afectar a diversas negociaciones bilaterales sobre relaciones culturales y consulares.

Los observadores creen que este suceso reforzará la determinación de Reagan de pedir al Congreso los fondos para llevar adelante el proyecto del misil MX y, en las filas de los aliados, hará crecer la determinación de desplegar misiles sobre suelo europeo. "Esto (el derribo del avión) nos va a poner las cosas más fáciles" dice un consejero presidencial, "y eso es malo para los rusos".