Cambio de orientación con el fin de mes

La evolución de los mercados de valores durante esta semana, aún manteniéndose dentro de la tónica de inactividad que venía siendo usual, ha registrado un cambio de orientación que permite diferenciar claramente dónde acaba agosto y, dónde comienza septiembre. Los sectores más optimistas esperaban con confianza estas fechas en la seguridad de que todo iba a cambiar, y la verdad es que han acertado, aunque los cambios no han sido sustanciales.El principal sector del mercado se convirtió en el protagonista al centrarse en él, el grueso de la corriente vendedora. Las instituciones bancarias no salieron en apoyo de sus títulos y éstos fueron sufriendo sucesivos recortes que han llevado a algunos de estos valores a perder hasta 21 enteros. Esta situación fue alimentando la confianza de los inversores que, a su vez, la agravaban con nuevas órdenes de venta.

En la última reunión de la semana, el número de títulos ofertados seguía sin disminuir, pese a lo cual los bancos han remitido en las bajas al tomar mayores cantidades de títulos. Esta actitud, que comenzó a manifestarse a mediados de la semana, ha ido devolviendo paulatinamente la confianza a los inversores. Éstos materializaron su confianza aportando fondos -todavía en pequeñas dosis- para los valores más selectos de cada mercado, logrando así que los índices registrasen ese cambio tan radical a que antes aludíamos.

Las dos últimas reuniones de la semana han resultado prácticamente positivas, sobre todo en el mercado catalán, en donde llegaron a ganar casi dos puntos, con lo que el balance semanal de la Bolsa de Barcelona arroja un saldo positivo, a diferencia de las otras tres que: pierden 2,11 Madrid; 3,31 Bilbao y, 1,83 Valencia, y esto a pesar de los resultados favorables de las últimas sesiones. Las cifras negativas han correspondido, al menos las más abultadas, a las sesiones del mes de agosto, que trajeron a los mercados de valores unas pérdidas en torno a los seis puntos.

La facilidad con que los deseos se hacen realidad algunas veces en los mercados de valores ha hecho pensar a los asistentes, precisamente por la falta de deseos que mostraron las instituciones bancarias en la segunda quincena de agosto, y la búsqueda de las causas ha dado pie a todo tipo de especulaciones.

Las Bolsas están atravesando uno de los momentos más difíciles en lo que va de año, aunque ahora, al menos por el momento, se ha logrado poner orden a la situación creada por los nervios de la inversión a corto. Para la semana próxima, las espectativas siguen siendo las mismas, o habría que decir que continúa sin haber nada que esperar. La situación económica es muy delicada y las Bolsas, con sus miedos y sus previsiones, tal vez estén siendo el barómetro que muchos aseguran que son.