El problema navarro

Viene de la página 9co EL PAIS en la página 8 del día de la fecha, ruego a usted, como director, haga pública la siguiente nota aclaratoria.

No debiendo, ni deseando, entrar en el tema de fondo sobre las diversas interpretaciones jurídicas sobre quien reunía las condiciones, en estricta aplicación de derecho, del status de candidato -para lo cual es deber ineludible de todo informante recabar, estudiar, meditar y sopesar informes varios-, este presidente tiene que volver a explicar, y en este caso protestar enérgicamente, sobre alguna importante desinformación que en absoluto se ajusta a la verdad:

- Los informes de los letrados del Parlamento de Navarra, en este caso, son secretos (¿o debieran serlo?) por haber sido recabados exclusivamente por este presidente, ya que ningún otro órgano de la Cámara tenía necesidad de ello, al servir únicamente de ayuda a la decisión que solamente le corresponde al presidente del Parlamento de Navarra. Y puedo añadir, con rigor, que expresamente en ellos no se indica que la propuesta debía hacerse en favor del candidato designado por PSN. Los cuales, por cierto -y aún otros informes-no me vinculan.

- Por una intolerable y falsa información -corregida, motivada y desde hace ya cuatro días explicada-, el viaje a Marivent no fue inesperado y sí perfecta y formalmente concretado con antelación con el excelentísimo señor secretario general de la Casa Real. Otra cosa son las dificultades insalvables que coincidían para la audiencia con el Rey y la demora en días que ello suponía. Lo importante era que Su Majestad tuviese conocimiento expreso de mi propuesta y basándome en la ley del Gobierno de Navarra, que dice: "El presidente del Parlamento de Navarra propondrá al Rey...". Para este presidente lo es todo. Es decir, primero, el Rey. Y así a través de siglos lo hemos hecho los navarros en cuestiones de similar importancia, y aun de menos. No faltaría más. /