Violentos enfrentamientos en Polonia entre policia y manifestantes
Polonia vivio ayer una jornada de gran tensión y varias de sus ciudades fueron escenario de enfrentamientos violentos entre manifestantes y la policía, que en Nowa Huta y Wroclaw disolvió con gases lacrimógenos y porras las manifestaciones realizadas con motivo del tercer aniversario de la firma de los acuerdos de Gdansk, que sentaron las bases para el nacimiento del sindicato independiente Solidaridad, hoy prohibido y condenado a la clandestinidad.En Gdansk, la cuna de Solidaridad, las manifestaciones transcurrieron pacíficamente hasta última hora de la noche, cuando la policía disolvió a una muchedumbre de unas 8.000 personas que salían de una misa en la iglesia de Santa Brígida, cercana al astillero Lenin.
JOSE COMAS, Varsovia
M.,
En Varsovia, el boicoteo a los transportes públicos fue seguido parcialmente, y los autobuses y tranvías circularon entre las dos y las cuatro de la tarde con bastantes menos pasajeros de lo acostumbrado.
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Barricadas y gases lacrimógenos en la ciudad fabril de Nowa Huta
Viene de la primera páginaLos sucesos más graves se produjeron, como en los días críticos de los últimos meses de ley marcial, en Nowa Huta y Wroclaw. En Nowa Huta, una ciudad surgida de la siderurgia Lenin en los años cincuenta, hubo un muerto en las manifestaciones del mes de mayo y otro en octubre del año pasado. La entrega, o tal vez captura, seguida de su aparición en la televisión, del líder clandestino de Solidaridad en Nowa Huta, WIadyslaw Hardek, parece haber atizado aún más el fuego en la ciudad obrera, donde ayer, a la salida del trabajo, a las dos de la tarde, unas 5.000 personas iniciaron una batalla campal con la policía.
En Nowa Huta hubo barricadas, en las calles, y la policía empleó gases lacrimógenos para dispersara los manifestantes. Coches destrozados y bancos rotos en medio de las calles se mostraron incluso en los telediarios de la televisión oficial polaca.
A última hora de la noche se ignoraba todavía en Varsovia el alcance de los enfrentamientos en la ciudad silesiana de Wroclaw, donde la policía dispersó a los manifestantes que se dirigían al cementerio, hacia la tumba de un compañero muerto hace un año. La policía recurrió a los gases lacrimógenos, y por las calles sonaba el aullido de las sirenas de la policía y de las ambulancias.
En Gdansk, el dirigente de Solidaridad, Lech Walesa, llegó al astillero sin su furgoneta, para demostrar a la salida del trabajo que también él boicoteaba el transporte público.
Los sucesos de Gdansk
A las 14.30 horas, Walesa salió del astillero al frente de un grupo de unas 2.000 personas, que pasaron al lado del monumento a los muertos de diciembre de 1970, donde estaba autorizada la ofrenda de flores a las cuatro de la tarde. En Gdansk hubo un enorme despliegue policial durante todo el día, y las unidades especiales antidisturbios (ZOMO) bloqueaban completamente el acceso al monumento. Los zomo no intervinieron ante el grupo de 2.000 personas que iban con Walesa, y se limitaron a pedirles que circularan por la acera.
La comitiva llegó a la iglesia de Santa Brígida, donde Walesa pasó inmediatamente a la casa parroquial de su padre espiritual, Henryk Jamkowski. Los reunidos esperaron fuera y Walesa salió a hablar para pedir calma. Después, el sacerdote Jamkowski salió y dijo que "hoy es un día de oración" apeló a que se observase el orden, "porque hay provocadores entre vosotros y cada grito es una provocación".
El grupo se disolvió poco a poco y sólo quedaron varios centenares de personas, que, pasadas las cuatro de la tarde, acompañaron a Walesa, el cual salió de la casa parroquial con un ramo de flores para depositarlas ante el monumento.
La comitiva se encontró ante unos 40 miembros del ZOMO, fuertemente armados, que bloqueaban el acceso. Sólo se permitió pasar a Walesa y a su guardaespaldas habitual.
Esto provocó las protestas del grupo, y muchos comenzaron a gritar: "Sin Solidaridad no hay libertad", "Viva Lech", para recorrer después las calles en sentido inverso, de nuevo hacia la iglesia de Santa Brígida, con una pancar ta que decía "Dios, patria, honor Solidaridad".
Ante la casa parroquial, cantaron himnos religiosos y patrióticos, y se disolvieron tras unas palabras del cura Jamkowski, quien dijo que la mejor forma de mostrar la adhesión a Walesa era actuar ordenadamente.
A las 18.30 horas se celebró una misa patriótica "por los muertos durante la ley marcial y los presos". La iglesia estaba llena hasta los topes.
Walesa declaró, cuando llegó a la iglesia, que la jornada fue una victoria para Solidaridad "por 30". Después, el líder sindical diría que "contra los tanques no podemos ganar", y añadió que se necesita un nuevo programa para el sindicato, que después de este 31 de agosto tendrá que replantearse su estrategia futura.
A la salida de la misa, unas 8.000 personas se encontraron en una calle próxima frente a una barrera policial, y allí comenzaron las persecuciones y detenciones. La policía barría la zona con reflectores. Algunos policías llegaron a entrar en un hotel, donde estaban muchos periodistas extranjeros.
En Varsovia la jornada transcurrió con relativa normalidad. En el cambio de turno de las dos de la tarde, a la salida de las fábricas, muchos obreros se fueron a pie y boicotearon los transportes, que circularon con bastante menos público de lo habitual.
Durante toda la tarde y hasta avanzada la noche hubo escaramuzas entre la policía y grupos que intentaron manifestarse. Se produjeron detenciones, y la policía intervino en algunas ocasiones con porras.
En otras ciudades polacas, Poznan, Cracovia, Czestochowa y Lubin se produjeron también incidentes y manifestaciones de menor importancia.
En Santa Bárbara, California, donde se encuentra, el presidente Reagan pidió ayer al Gobierno polaco que adoptara medidas de "reconciliación", informa AFP. Reagan añadió que "si el Gobierno (polaco) efectúa progresos tangibles en este sentido, nosotros estamos dispuestos a responder con medidas concretas".
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