El Polisario lleva de nuevo la guera del sur de Marruecos
La zona del río Draa y los contrafuertes de Uarkiz, en una zona del sur de Marruecos no reivindicada por el Frente Polisario, está siendo objeto en los últimos días de un fuerte hostigamiento por parte de los efectivos del movimiento independentista saharaui.
Vista desde Argel, la nueva fase militar del conflicto del Sáhara occidental está relacionada con el fracaso de las tentativas para motivar un relanzamiento de los contactos entre saharauis y marroquíes, así como por la impresión, tanto del Polisario como de Argelia, de que Marruecos trata de organizar un referéndum sin verdaderas garantías de neutralidad.
Las operaciones en la zona del Uarkiz no han concluido todavía, según el frente independentista saharaui, que, en un comunicado-militar, afirma haber basado importantes pérdidas en vidas humanas y material a las fuerzas marroquíes entre los días 19 al 22 de este mes. La ofensiva dio comienzo el pasado día 18 a cargo de un considerable contigente de katibas, apoyado por artillería y, según la versión marroquí, con el auxilio de blindados.
El primer secretario de la Unión Socialista de Fuerzas Populares marroquí, Abderrahim Buabid, no se apartaba mucho de la verdad al denunciar ayer que esta ofensiva demuestra que "los objetivos de nuestros vecinos no han conocido ningún cambio sustancial...". Lo único que difiere es la interpretación dada a los acontecimientos. La posición argelina sigue siendo la de estimar que no hay una solución militara la guerra del Sáhara occidental, sino una solución de carácter político, que debe ser negociada entré los dos contendientes: Marruecos y la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
El reconocimiento de la marroquinidad del Sáhara occidental no puede se objeto de negociación alguna, según la tesis mantenida por Argelia, y, por ende, este país difícilmente podría hablar en nombre de los saharauis.
Optimismo argelino
La realidad es que desde el arribo de Chadli Benyedid a la presidencia argelina, si bien se han dado pasos importantes en la vía de la reconciliación diplomática con Marruecos, no ha existido el menor compromiso argelino relativo a la eventualidad de un sacrificio de los independentistas en aras de la reconstrucción de ese gran Magreb árabe, a cinco, según la idea de Rabat, y a seis, según la opinión del régimen argelino.Después de haberse adoptado, en la última cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA), celebrada en Adidis Abeba, una resolución en la que, por primera vez, se mencionaba al Polisario y se pedía, a éste y a Marruecos, iniciar negociaciones para llegar a un cese de las hostilidades, los medios argelinos consideraban con franco optimismo el futuro de la negociación, sin prejuzgar el grado de concesiones que se vería obligado a efectuar cada lado.
Este optimismo se ha ido diluyendo a causa de las tomas de posición marroquíes y la ausencia del menor síntoma de un cambio sustancial en la actitud del Polisario. En realidad, lo único que asemeja a los dos beligerantes es la persistencia de sus argumentos y la dificultad en presentar públicamente un hipotético factor de cambio.
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