Cuenca clasura con éxito el curso para Jóvenes intérpretes

Con Pablo López de Osaba como director y José Luis Turina como secretario, se ha desarrollado en Cuenca el II Curso Internacional de Música para Jóvenes Intérpretes, con resultados de los que bien pueden sentirse satisfechos el Instituto de la Juventud, del Ministerio de Cultura, y la Diputación de Cuenca, cuya colaboración hizo posible esta actividad, una más de las muchas con que, a lo largo del año, nos atrae, nos sorprende y nos admira la ciudad de Cuenca.Del 10 al 30 de julio han trabajado, con magisterio y entrega extraordinarios, los siguientes profesores: María Curcio y Christopher Elton (piano), Gonçal Comellas (violín), Humberto Orán (viola), Rafael Ramos (violonchelo), David Russell (guitarra), Linda Wetherill (flauta), Bruno Pizzamiglio (oboe) y Josep Colom (música de cámara).

Para el curso solicitaron plaza 180 alumnos, pero se buscó con rigor el máximo aprovechamiento de las clases y solamente se admitieron 78 matrículas, más 20 en calidad de oyentes. El alumnado, básicamente español, ha tenido representantes de Japón, Corea, Estados Unidos, República Federal de Alemania, Reino Unido e Irlanda.

El público de Cuenca se ha integrado en el curso acudiendo en gran número, y aplaudiendo con calor, a los conciertos de la última semana, un interesante ciclo formado por dos conciertos de los profesores -a solo o en distintas agrupaciones camerísticas- y tres a cargo de los alumnos, más uno final, al que asistimos, en el qúe1os maestros Comellas, Colom, Wetherill y Orán actuaron como solistas junto a la orquesta formada por los alumnos, preparada y dirigida, con excelentes resultados, por Bruno Pizzamiglio.

Obras de Handel, Bach, Telemann y Vivaldi se sucedieron con primor interpretativo, pero, quizá sobre todo, en una hermosa demostración de los frutos técnicos y humanos que ha dado este interesante curso y de la proyección que ha tenido en el todo de la ciudad.

La respuesta del público en el concierto de la iglesia de San Miguel, la presencia de señaladas representaciones del Ministerio de Cultura, la diputación y el municipio conquenses, y las ovaciones y bravos de los alumnos del curso a sus maestros y a los organizadores, durante la cena que siguió al concierto, quedan como rúbrica de la satisfacción de todos.