Un perro condenado a muerte
Rocky, un bullterrier con pintas, espera en la galería de los condenados a muerte en el refugio de animales del condado de King (Washington) por su papel en un robo. Su dueño, Curtis Knight, de 18 años de edad, se ha declarado culpable de un robo en el que ordenó a Rocky atacar a la víctima para quitarle dinero. El perro va a ser ejecutado "por conducta nociva" cuando termine el plazo de apelación de 30 días a raíz de la sentencia de Knight. Entre tanto, Rocky pasa las tardes encadenado en un patio del refugio cual si fuese un presidiario.
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