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El destino de un símbolo franquista

El prior de la abadía aboga por la 'neutralidad' del Valle

El prior de la abadía del Valle de los Caídos, Gregorio Díez, es decidido partidario de la despolitización del complejo, si bien se opone a que sean exhumados los restos de Franco y José Antonio y trasladados fuera de la basílica, por motivos que declina precisar. La solicitud que los monjes benedictinos de la comunidad que él dirige, remitieron recientemente al Gobierno para solicitar la despolitización del Valle, se realizó tras una votación previa, cuyo resultado favorable fue "casi unánime".

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Las fórmulas sugeridas en dicha petición se basan en que la zona del Valle de los Caídos se constituya en municipio y pase a depender de un ayuntamiento propio, con lo que los pobladores del área elegirían libremente a sus representantes municipales. Preguntado sobre si esto sería realmente tan útil de cara a despolitizar el complejo monumental, Gregorio Díez musita que sí, mientras se estremece de carcajadas.Actualmente, los pobladores del Valle dependen del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial. El prior propuso otras dos fórmulas conducentes a este objetivo: que se una el complejo monumental mediante sendas carreteras con las poblaciones de Peguerinos y Guadarrama y se establezca el libre acceso al Valle, con lo que se suprimiría el ticket de entrada, aunque se cobraría el aparcamiento en las cercanías de la basílica. El prior no oculta que hay otras fórmulas, que baraja en su mente, para completar la despolitización del complejo, las cuales declina desvelar por el momento por respeto al Gobierno.

En cualquier caso, reitera que el Gobierno sólo le ha manifestado su deseo de que no celebre misas para colectivos de marcada significación política los días 1 de Octubre y 18 de Julio, lo que no significa que no pueda oficiar la habitual misa diaria. No oculta que no era de su satisfacción el oficiar misas en las mencionadas fechas por sus especiales connotaciones y que él ya había propuesto reiteradas veces a la Hermandad de Combatientes que retrasaran la celebración de la misa del 18 de Julio al día 25 del mismo mes, por considerarlo más apropiado, al ser la festividad de Santiago Apóstol , patrono de la Hermandad.

Aunque uno de los fines de la Fundación de la Santa Cruz del Valle de los Caídos es "rogar a Dios por las almas de los muertos en la Cruzada Nacional", el prior no oculta que, por desagradarle el empleo de dicho término, "que puso Franco", él lo ha sustituido en todo documento que redacta o sermón que pronuncia por la expresión "guerra del 36 al 39 o la última guerra entre españoles". "No pongo guerra civil porque es doloroso, aunque lo sea así", agrega.

Interrogado sobre si no cree que resulta difícilmente despolitizable una basílica en cuya cúpula figuran unos hombres que portan estandartes de dos grupos políticos (Requetés y Falange), el prior se niega a emitir su comentario al respecto, aunque no parece entusiasmarle, desde luego, dicho detalle pictórico. Justifica su reserva a verter opiniones en que "siempre hay que sentir lo que uno dice, pero no siempre se puede decir lo que uno siente". Se encuentra visiblemente afectado por la trascendencia dada a la publicación de que podrían ser trasladados del Valle los restos de Franco y José Antonio. Han menudeado las llamadas telefónicas para recriminarle e incluso insultarle por considerar que dicho supuesto traslado era un proyecto suyo, así como por no haber accedido a realizar una misa para conmemorar el 18 de Julio.

Gregorio Diez considera que se eligió a los benedictinos para regentar el Valle de los Caídos porque "nos distinguimos por el culto". "No creo que haya otra basílica", asegura, "donde los cultos sean tan solemnes", y precisa que el virtuosismo alcanzado en éstos hace que se produzcan "muchas conversiones", conversiones que en ocasiones conllevan valiosas donaciones.

No considera el prior de la abadía un estigma negativo para la basílica que fuera construida por presos del derrotado bando republicano, por entender que era usual en aquella época que los presos políticos redimieran su condena a cambio de la realización de trabajos.

Asegura que la despolitización solicitada al Gobierno ha sido cursada también por otras asociaciones de tipo religioso y civil. El prior, centro de tantas invectivas de la ultraderecha estos días, confiesa lo siguiente: "Reconozco que admiré siempre a Franco. Le quería y sentía veneración por él". Esto no obsta para que manifieste sentir "admiración" por Felipe González, por su prudencia y equilibrio entre los extremos de su partido". Afirma que esta admiración no se ha trocado todavía en cariño por el escaso tiempo que lleva este último al frente del Gobierno.

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