Los partidos nacionalistas valoran negativamente los siete meses de Gobierno del PSOE
Un manifiesto descontento, que se concreta en una seria decepción por parte de la izquierda y cierto recelo entre la mayoría nacionalista, ha producido la política autonómica del nuevo Gobierno del PSOE en sus seis meses de gestión. Los nacionalistas moderados y Euskadiko Ezkerra coinciden en reconocer el carácter progresista de algunas medidas del nuevo Gobierno en su aspecto económico, jurídico y social. Sin embargo, se muestran especialmente críticos frente a la política autonómica del Gobierno. Herri Batasuna, por su parte, califica de "defraudante para su electorado" toda la actuación socialista. Mientras tanto Alianza Popular, menos dura en sus observaciones, pide a los dos Gobiernos que aplacen sus debates hasta que se celebren las elecciones al Parlamento vasco.Los nacionalistas mayoritarios, aunque no tenían demasiada con fianza en los avances notorios que se podían producir en materia autonómica desde que los socialistas accedieron al poder, intuían que el diálogo iba a ser menos problemático que con anteriores Gobiernos de centroderecha. Sin embargo, tras siete meses de gestión socialista, el Gobierno vasco no oculta su "insatisfacción". El vicepresidente, Mario Fernández, reconocía que el PSOE ha introducido cambios "progresistas" en la sociedad española, y citaba la modificación del Código Penal y la re forma en la Administración pública, entre otras cosas, como ejemplos más loables. Más duro se mostró a la hora de valorar la incidencia de la actuación socialista en el País Vasco: "Aquí también se ha notado el cambio, y no ha sido para mejor. El PSOE no está defendiendo el Estatuto que pactó en su día. El concepto de Estado de las autonomías que surgió entonces tenía un significado claramente político para resolver las reivindicaciones históricas de Euskadi y Cataluña y, en cierta medida, Galicia. Ahora el PSOE le está dando al Estatuto un sospechoso carácter juricista".
En esta línea, Euskadiko Ezkerra insistía en que "no ha habido ningún progreso desde el punto de vista autonómico". En opinión de su representante, Xabier Markiegi, no sólo se ha producido un bloqueo, sino "un claro retroceso". También piensa el mencionado partido que es necesario volver a recuperar el espíritu que presidió la negociación del Estatuto en 1979, porque la vocación autonomista que entonces tenía el Partido Socialista de Euskadi la ha perdido por completo". En relación al capítulo de orden público, Markiegi asegura que "los socialistas deberían tener una especial sensibilidad con el País Vasco, dada la problemática específica de esta tierra, y sin embargo están aplicando la peor política del Ministerio del Interior del anterior Gobierno de UCD".
Herri Batasuna se remite a la Constitución para señalar que el PNV se equivocaba cuando se mostraba confiado en relación a las posibilidades autonómicas del Estatuto. "Los más acérrimos defensores del Estatuto están frustrados. Después de tantos límites, cuya constatación se demuestra con la aplicación de la propia ley, está claro que la Constitución debe ser reformada para posibilitar un estatuto más amplio", declaró a EL PAIS Jon Idígoras. El representante de la mencionada coalición radical señalaba que "en Euskadi el nuevo Gobierno se ha mostrado más centralista que los de derechas. Ejemplos como los pactos autonómicos y actitudes relacionadas con la bandera obedecen a un concepto joseantoniano de lo que debe ser la construcción de un Estado".
Por su parte, Alianza Popular, después de precisar que está más próxima a las actitudes del Gobierno central que del Gobierno vasco, pide "una tregua en los debates" a los dos Gobiernos hasta que se celebren las elecciones al Parlamento vasco. En opinión del secretario general de AP en el País Vasco, Florencio Aróstegui, el contencioso "fuera de campaña electoral se vería de otra manera y se aplacaría la crispación que va aumentando día a día".
Los socialistas, por su parte, señalan que en relación al desarrollo del estatuto "ha habido ofertas concretas en la mayoría de los temas pendientes que, si no han sido aceptadas, han sido por discrepancias por parte del Gobierno Vasco, porque la intención del gobierno socialista ha sido culminar el proceso autonómico en un plazo corto". Según la portavoz del PSE-PSOE, Ana Miranda, "no podemos desvincular el desarrollo autonómico vasco de la marcha general del proceso de modernización del Estado".
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