El teatro y el 'ballet' salieron a la calle en el Festival Internacional de Zurich

La cuarta edición del Festival Internacional de Zurich, el Zürcher Theater Spektakel, que se ha celebrado durante los diez primeros días de este mes de julio, ha superado este año las previsiones de asistencia de público ya que ha registrado una afluencia de 40.00 espectadores. Se han presentado 28 compañías de varios países, siete con su espectáculo de calle. Entre éstas se encontraba el ballet de Antonio Gades, con Cristina Hoyos.

El festival se ha realizado en una magnífica zona verde, a las afueras de la ciudad, en la orilla del lago de Zurich. Tres carpas tradicionales de circo, con una capacidad de 1.200, 700 y 530 espectadores, respectivamente, una rectangular para 220, un café-teatro, dos escenarios al aire libre (uno de ellos en una pequeña isla unida al resto por un puente), un recinto infantil, un puesto de socorro, dos caravanas equipadas con retrete y las oficinas del festival componían este gran campamento teatral, preparado para recibir diariamente al numeroso público que llenaba casi por completo, desde las cinco de la tarde hasta mediada la noche, todo el recinto festivalero.El presupuesto del festival, que ascendió a 910.000 francos suizos (63.700.000 pesetas), estuvo patrocinado por el Ayuntamiento de la ciudad y el periódico local Tages-Anzeiger, que han cargado con un tercio del presupuesto. Los otros dos tercios han salido de las recaudaciones de taquilla, bares, restaurantes, etcétera.

El equipo de dirección del festival está formado por siete personas, de las cuales una pertenece al ayuntamiento, y otra, al citado periódico. Los criterios de programación del festival se han basados en los trabajos de compañías, colectivos o grupos itinerantes que, subvencionados o no, son dueños de su propia producción y trabajo, y que en la mayoría de los casos presentan creaciones colectivas (algo parecido al teatro independiente que funcionaba en España en los años setenta). Las compañías oficiales o establecidas no tienen cabida en este festival.

Este año la presencia de la mujer ha sido predominante, tanto en temática como en número de compañías compuestas por mujeres. Entre los temas: Deseos, Bodas de sangre, El VI ginecólogo de Robinson Crusoe, Una mujer: Camille Claudel.

Compañías compuestas exclusivamente por mujeres: Vivienne Newport (Francfort), Dance Art Ensemble (Zurich), WalIflower Order Women's Dance Collective (Nueva York), Anne Delbée (París), Marian Rolle (Antillas), Anne Teresa de Keersmaeker & Michelle Anne de Mey (Bruselas), Circus Rigolo (Liechtenstein) y Edwina Lee Tyler Women's African Percussion & Dance Ensemble (Nueva York).

Entre estas compañías destacan dos mujeres: una, Edwina Lee Tyler, que con sus más de 40 años, en plena madurez y llena de vida, consigue transmitir al público su endiablado ritmo, coraje, vitalidad y su inmenso calor y ternura. La otra, Anne Teresa de Keersmacker, 23 años, bailarina con una técnica y realización perfectas, que a sus 20 años creó ASCH, su primera coreografía, y está a la cabeza del ballet vanguardista. El resto de estas compañías, aunque de un nivel medio, tuvo el apoyo del público, y quizá lo más importante para ellas es saber que su larga lucha está dando sus frutos.

La apertura y la máxima atracción del festival ha correspondido al Ballet de Antonio Gades, con Cristina Hoyos, que presentó Bodas de sangre y Flamenco. Al día siguiente del estreno, el periódico Tages-Anzeiger titulaba así su crítica: Estado febril máximo, refiriéndose al clima que se había creado entre los espectadores que presenciaban la representación. La mayoría de ellos (que ya habían visto la película) seguían atentos la representación y volvían a emocionarse con las escenas, al cobrar más realismo y fuerza con los bailarines-actores en directo. Debido a la afluencia de público, tuvieron que realizar una actuación más que, inicialmente, no estaba incluida en el programa.