El Festival de Aviñón apuesta por la modernidad en la mayoría de sus espectáculos

La obra Las últimas novedades de la peste, de Bernard Chartreux, inauguró el fin de semana pasado el Festival de Aviñón. Tanto éste como el resto del 70% de los espectáculos que se presentarán hasta el día 7 de agosto en el transcurso de las jornadas del festival, serán creaciones mundiales que tendrán carácter de modernidad y estreno en Francia o para el resto del mundo. No faltarán, sin embargo, obras clásicas, entre las que se pueden citar algunas de Calderón y Cervantes.

Los organizadores de la 37 edición de este ya clásico festival, el más reputado y concurrido de todos los que se desarrollan en Francia durante los meses de verano, le han dado un carácter básicamente de estrenos teatrales, y moderno. Según refiere la mayoría de las críticas, el estreno, el sábado pasado, de Las últimas novedades de la peste, la obra de Bernard Chartreux, que abrió la sesión de 1983 en el patio de Honor del palacio de los Papas (escenario mayor del festival de Aviñón), mereció gritos desaprobatorios.Muy pocos saben quién es el autor Chartreux, como también ignoran el nombre de Jean Cristophe Bailly, autor de Las cefeidas, obra que estrenó el pasado martes el Centro Dramático Nacional de los Alpes, de la ciudad de Grenoble. Las dos obras son creaciones mundiales. Los dos autores son nuevos. Y tanto el equipo del festival como las compañías que las interpretan, de igual manera que los directores de escena (Jean Pierre Vincent y Georges Lavaudant), representan el ghota de la Francia teatral que mira hacia finales del siglo XX.

El Festival de Aviñón, a los 37 años de edad, ha decidido jugar la carta "resueltamente contemporánea". "Este festival es el de los hombres y mujeres de 30 a 40 años que, ahora, han alcanzado su madurez plena", dicen los organizadores.

"La elección de las obras probará que una de las preocupaciones de los medios artísticos se refiere a las relaciones entre los poderes y los lenguajes. Todo se ha orientado resueltamente hacia el futuro. También entrarán en juego ampliamente el cosmos, el espacio, el tiempo sideral, en las obras que se van a representar este verano. Y al lado de los espectáculos y de los cruces interdisciplinarios, que nosotros cuidamos con esmero, el festival se interesará igualmente por la filosofía y por la ciencia.

"Las ideas de los grandes filósofos recorrerán las calles de Aviñón, y se convidará igualmente al público a ver, a tocar y a utilizar las nuevas tecnologías de comunicación que nos prometen para el futuro la conjunción del vídeo y de la informática". Esta síntesis que del festival hace un portavoz del equipo dirigente del mismo desvela la estructura de lo que va a ser el mes festivalero de Aviñón.

La devoción de la cruz, de Calderón, será representada, del 11 al 18 de este mes de julio, en el teatro Municipal de la ciudad de los Papas. Su director escénico, Daniel Mesguich, es, quizá, el hombre joven de teatro que más apasiona y que mejor representa posiblemente a la Francia de los años ochenta. Hace dos años, también en Aviñón, sus montajes de Shakespeare aturdieron y, al mismo tiempo, hicieron vivir los mejores momentos del festival.

Cervantes también veranea en el patio de la facultad de Ciencias, nombre de la escena donde se representarán El retablo de las maravillas y otros entremeses suyos. Al margen del festival oficial, como de costumbre, todas las formas de expresión artística, todos los países, todos los locos, recrearán el festival que, siendo el decano, consigue cada año renacer.