Pinochet decreta el toque de queda en Santiago para hacer frente a la jornada de protesta

El general Augusto Pinochet impuso ayer el toque de queda en Santiago de Chile, entre las 20.00 y las 24.00 horas locales (seis horas más en la península), "ante el intento de subvertir el orden público y protagonizar actos de violencia" con motivo de la tercera jornada nacional de protesta pacífica contra el régimen. El día se iniciócon asambleas y actos de repudio en la Universidad y sólo se registró un incidente cuando un autobús fue pasto de las llamas.El comunicado oficial del Gobierno señalaba que "los organismos policiales y de seguridad han detectado en días recientes una acción concertada de distribución de panfletos en los cuales se incita directa e indirectamente a alterar el orden público en el día".

El Gobierno, "consciente de su ineludible deber de garantizar y asegurar a cada uno de los chilenos su seguridad personal y familiar, así como el mantenimiento del orden público y la paz social", decidió establecer las cuatro horas de toque de queda en "la seguridad de que esta medida cuenta con la aceptación de la inmensa mayoría del país".

El amplio despliegue policial y militar era la nota más sobresaliente de la tercera jornada de protesta pacífica contra el régimen de Pinochet, según informa desde Santiago nuestro enviado especial Martín Prieto. La desmedida y prepotente reacción del Gobierno evidencia el profundo estado de anormalidad en el que se desarrolla la vida pública en Chile.

En la cárcel siguen, incomunicados, los tres líderes de la Democracia Cristiana chilena detenidos por haberse declarado dipuestos a secundar esta jornada de protesta. Una delegación de embajadores de los países de la Comunidad Económica Europea se había entrevistado en la noche del lunes con el ministro chileno de Asuntos Exteriores, Miguel Schweitzer, para manifestarle su preocupación por "las implicciones políticas que se derivarían de la detención del ex canciller Gabriel Valdés" y sus compañeros.

Schweitzer rechazó, por otra parte, la protesta oficial del Gobierno español por la detención del ex ministro de Asuntos Exteriores de Eduardo Frei.

El pleno del Congreso de los Diputados aprobó ayer en Madrid una resolución en la que "ante la general ausencia de libertades y la conculcación de los más elemntales derechos, hace una soleifine llamada al retorno a las prácticas democráticas que forman parte de la mejor tradición del pueblo chileno, y al más escrupuloso respeto de los derechos y libertades fundamentales".

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