_
_
_
_
_

África del Sur endurece las medidas contra los opositores al 'apartheid'

Soledad Gallego-Díaz

Como cada cinco aflos, el Gobierno surafricano ha vuelto a hacer pública la lista de personas que, debido a su significada oposición al apartheid, deben permanecer confinadas en sus casas, así como la de aquellas otras que ya no viven en el país pero cuyo nombre no puede ser pronunciado en público por las mismas razones. Las listas han sido dadas a conocer prácticamente al mismo tiempo que se sabía que Barbara Hogan, una mujer blanca condenada a 10 años de prisión por "alta traición", había intentado escapar, infructuosamente.Barbara Hogan, de 30 años, fue juzgada en septiembre de 1982 y condenada por actuar como correo del Congreso Nacional Africano (ANC) -la organización guerrillera que preconiza la lucha armada contra el régimen de Pretoria- y por intentar organizar huelgas y boicoteos.

Hogan, que padece una infección en los oídos, fue trasladada, bajo vigilancia, desde la prisión a un hopital para recibir tratamiento. Cuando se encontraba en el hospital, otra mujer, que no ha sido identificada, vació un spray sobre la cara de la mujer policía que acompañaba a Hogan. La líder antirracista echó a correr, pero fue detenida por un médico y una monja enfermera antes de que lograra huir.

Frente a los sectores ultraderechistas, que acusan al primer niinistro, Peter Botha, de flaqueza en su lucha contra los movimientos antirracistas, el Gobierno surafricano ha dado nuevas muestras de rigor, renovando 10 de las 70 órdenes de confinamiento que expiraban la pasada semana. Durante cinco años, más de 10 personalidades de la lucha contra el racismo, sospechosas de mantener contactos con el ANC, deberán permanecer en sus casas.

Entre las 10 personas nuevamente condenadas figura Winnie Mandela, la esposa del líder del Congreso Nacional Africano, Nelson Mandela, que cumple pena de cadena perpetua en una prisión del país. Winnie, que tiene 48 años, lleva 21 confinada en su casa de Brandfort, sin poder reunirse con más de una persona a la vez ni hablar con periodistas. La nueva orden convertirá su aislamiento en una condena de un cuarto de siglo.

Entre las personas que han visto también renovada su orden de confinamiento figuran el blanco Roy Arenstein, el periodista Mthatha Tsedu y el antiguo director del Instituto Cristiano Beyers Naude. Entre los surafricanos que viven exiliados y cuyo nombre no puede ser pronunciado figuran el poeta Dennis Brutus y Donald Woods, ex director de un diario.

Suráfrica tiene una población de 28 millones de habitantes, de los cuales el 72% es de raza negra, el 16% de raza blanca, el 9% de mezclas raciales y el 3% de raza asiática. Los blancos controlan los poderes político, legislativo, judicial y económico.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_