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Reportaje:

Las tierras de la costa mediterránea peligran a causa de la salinización del agua de riego

Gran parte de las tierras de labor de la costa mediterránea, de Palma de Mallorca y de una amplia zona de la cuenca del Duero corren el peligro de desertizarse debido a la salinización de las aguas que se utilizan para su riego, que está provocando una elevada concentración de sales en los terrenos. El Instituto Nacional de Reforma y Desarrollo Agrario (IRYDA) realiza en la actualidad un amplio estudio de todas estas zonas, sus recursos acuíferos subterráneos y las posibles soluciones para evitar su inutilización total como tierras de cultivo.

De acuerdo con los datos facilitados por técnicos de este organismo, España, con excepción de las islas Canarias, se puede dividir en dos grandes zonas por la composición de sus suelos, que coinciden con las vertientes atlántica (con suelos impermeables) y mediterránea (con suelos permeables). En esta última gran área se han dado problemas de sobreexplotación de los recursos acuíferos subterráneos debido a la gran proliferación de los regadíos en las tierras de cultivo, que necesitan de la existencia de numerosos pozos y perforaciones.Por esta razón se ha producido un descenso en el nivel de las capas freáticas, y actualmente se está sacando agua que tiene contacto con capas salinas en el interior o agua que se ha filtrado desde el mar -y, por tanto, salina- en las zonas costeras. Esta agua, además de incidir negativamente en la cantidad recogida de cada producto, va causando poco a poco la salinización de la tierra.

El punto final de este proceso, al que se están acercando en algunas comarcas, es la pérdida de esas tierras por desertización de las mismas.

Las zonas más afectadas actualmente por este problema son una parte de la costa de Huelva, las comarcas del Campo de Dalias y Mijas, donde hay que tener en cuenta las importantes inversiones que han realizado numerosos pequeños y medianos agricultores en los invernaderos y que ahora se ven amenazadas. Por la costa mediterránea, la siguiente zona con un elevado índice de salinización es la comarca de Lorca y Mazarrón, en Murcia; la cuenca del Vinalopó, en Alicante, y en la provincia de Castellón, Moncofar, Cabanes y Torreblanca.

También en numerosas regiones aragonesas se han observado los primeros síntomas de salinización en las tierras, sobre todo en los nuevos regadíos. Los técnicos también han detectado este mismo problema en las zonas situadas en los vértices de las provincias de Ávila, Valladolid, Salamanca y Segovia debido al descenso en el nivel de las aguas por la gran cantidad de perforaciones que se han hecho para cultivar la remolacha de regadío.

Sin embargo, uno de los casos más graves se ha producido en la isla de Mallorca, en las zonas de San Jordi y de Ses Salines, debido a la penetración de agua de mar en los recursos acuíferos subterráneos por la gran cantidad de pozos abiertos para regar las zonas de huerta.

Según los técnicos del citado organismo, todos los cultivos tienen unos límites de tolerancia a la salinización de las aguas y de las tierras. Los cítricos levantinos corren el riesgo de desaparecer debido a su escasa resistencia a este problema, mientras que las palmeras, la alfalfa la cebada y el granado son mucho más resistentes. Sin embargo, hay porcentajes a los que ya no resiste ningún cultivo y a los que la recuperación de las tierras se hace muy dificil y lenta.

Entre las soluciones barajadas destaca también la reordenación de los recursos acuíferos, para lo que existen problemas, ya que, según la vigente ley de Aguas, los canales subterráneos son privados.

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