Aplazado el juicio por el asesinato de un ingeniero de FECSA en Barcelona

El juicio contra los súbditos dominicanos acusados del asesinato del ingeniero de Fuerzas Eléctricas de Cataluña (FECSA) José Noy Murcia, quedó suspendido ayer al mediodía a petición del ministerio fiscal para recabar del Juzgado de Instrucción número 14 de Barcelona una investigación suplementarIa en la que se aclare e investigue la participación que en estos hechos tuvo el inglés Carlo Michael Heinne y un dominicano al que se le conoce como Ernest.La suspensión de la vista oral la acordó la sala, poco después de que acabaran de declarar los procesados que se sentaban en el banquillo de los acusados de la Sección Tercera de lo Penal de la Audiencia Provincial de Barcelona. Momentos antes, los abogados defensores habían realizado una petición similar, reclamando que se aplazara la vista, ya que entre los acusados no se encontraba el procesado Segundo Corsino Olivo, que se encuentra detenido en Francia, después de que se fugara el pasado domingo de la cárcel Modelo de Barcelona.

Los hechos que empezaron a ser juzgados ayer, y por los que se reclama un total de 202 años de prisión, se remontan a junio de 1981, cuando un grupo de cuatro ciudadanos dominicanos y un súbdito español residente en Sitges, planeó el atraco a una joyería de la calle Muntaner. Para llevar a término la acción, los cuatro dominicanos decidieron sustraer un automóvil, por lo que en la mañana del 3 de julio, en la calle de Torres Amat, robaron el coche del ingeniero de FECSA Jose Noy, cuando éste se dirigía al trabajo. Aquella mañana, momentos antes de asaltar la joyería de la calle de Muntaner y llevarse un botín de seis millones de pesetas, los dominicanos asestaron 19 puñaladas a José Noy,

Dos meses más tarde de que se produjeran estos hechos, la policía localizó algunas de las joyas robadas y detuvo a los asesinos del ingeniero desaparecido. Segundo Corsino Olivo fue el único de los detenidos que confesó los hechos y explicó con toda minuciosidad cómo en la mañana del 3 de julio acordaron asesinar al joyero para que no les reconociera. Confesó que primero le golpearon con una piedra en la cabeza y después volvieron para rematarle con un puñal. A raíz de estos hechos, el juzgado decretó el procesamiento de ocho personas por cinco delitos diferentes -conducción ilegal, utilización ilegal de vehículo de motor, detención ilegal, robo con homicidio y receptación-, reclamándose un total de 202 años de prisión y una indemnización de 15 millones para los familiares del ingeniero asesinado y otros 5.500.000 para el joyero robado.

Los tres dominicanos confesaron ayer ante el tribunal haber participado en el atraco a la joyería, pero aseguraron que no tenían nada que ver con el asesinato del ingeniero para robarle el coche. Desmintieron la confesión que en su día hicieron ante el juzgado y aseguraron que se vieron obligados a aceptar la autoría de aquel asesinato por los malos tratos que se les había infligido. Los procesados negaron también la veracidad de la declaración del dominicano huido.