Dos equipos médicos catalanes logran la fecundación 'in vitro' y la implantación de los óvulos en el útero
Los equipos de médicos del Instituto Dexeus y de la clínica Quirón, de Barcelona, han conseguido las primeras fertilizaciones de óvulos en el laboratorio, habiéndolas implantado en el cuello del útero. Ello no quiere decir necesariamente que vayan a producirse embarazos, sino que se está en la recta final de unos trabajos que vienen desarrollando desde hace varios años.
En 1984 podría producirse el primer nacimiento de un bebé probeta, aunque los médicos se muestran muy reservados a la hora de dar fechas, recordando que el propio doctor Patrick Steptoe tardó 10 años desde que inició sus primeras experiencias hasta que logró que el primer bebé probeta naciera en Gran Bretaña.Lluís Pous Ivern, ginecólogo del equipo Cefer, que trabaja en la clínica Quirón, manifestó a EL PAIS que en un 30% de las parejas que se han sometido a las investigaciones para obtener la fecundación in vitro, se ha conseguido la transferencia del embrión en el útero. Por su parte, Josep Maria Dexeus explicó a este diario que el porcentaje de implantación de los científicos del Instituto es igualmente alto y que no darán a conocer la identidad de la primera embarazada hasta las 20 semanas de gestación y siempre que la mujer lo autorice.
Dificultad de la anidación
La fecundación artificial, denominada también in vitro, consiste en la recuperación de uno o más óvulos, fecundarlos con esperma en el laboratorio e introducir el embrión ya fecundado en el útero materno. "Este último proceso es posiblemente el más difícil; en este sentido, las investigaciones internacionales que se están llevando a cabo intentan eliminar los problemas que suelen plantearse en esta fase de anidación", añade el doctor Josep Maria Dexeus. Fuentes del equipo médico del Instituto Dexeus señalaron que el jefe de Reproducción Humana del centro se encuentra precisamente en Viena, y anteriormente estuvo en Dublín, en reuniones internacionales para tratar de la fecundación artificial y de cómo salvar las dificultades que se presentan en la implantación de los embriones.
En cualquier caso, tanto Pous Ivern como Dexeus insisten en que a partir de ahora el azar será quien decidirá cuándo estará en camino el primer bebé probeta de España. Ambos equipos están preocupados por las noticias demasiado optimistas que pueden divulgarse en los próximos días, pues el previsible aluvión de demandas que comportaría, podría entorpecer el trabajo científico.
La fertilización in vitro se intenta cuando la microcirugía fracasa en la resolución de los problemas de fertilidad en las trompas uterinas, lo que constituye el 30% de las causas de esterilidad de la mujer, según las estadísticas. Pero también la esterilidad masculina derivada del semen con baja cantidad de espermatozoide s, aproximadamente el 20% de la esterilidad de los varones, puede solucionarse con esta técnica.
El proceso de la fertilización in vitro se realiza mediante laparoscopia, aprovechando el momento exacto en que el ovocito se acerca al ovario, momentos antes de la evolución. Hay que realizar numerosos estudios previos, según los especialistas, piara elegir el momento oportuno para realizar esta operación. Entonces, del líquido extraído se rescata el óvulo, que se aísla y se deposita en un cultivo. Cuando los científicos consideran que es el momento oportuno, aproximadamente a las cinco horas, se pone en contacto el ovocito con semen del padre -alrededor de un millón de espermatozoides- y se espera la fecundación, que se conoce por la multiplicación celular de las horas siguientes. Cuando alcanza las 16 células, se considera que se ha obtenido un primer éxito importante en el proceso. A continuación, se implanta el óvulo fecundado en el cuello del útero. Si se supera esta fase, el embarazo dara lugar a un bebé probeta
Éxitos en ratas
Tal como explicó el andrólogo Simón Marina a este periódico en noviembre del pasado año, desde 1979 en su laboratorio se han con.seguido numerosos resultados positivos en ratones. Durante 1982 estas fecundaciones artificiales en animales se perfeccionaron notablemente hasta el extremo de que se consideró que se había dado un salto cualitativo para que pudieran darse experiencias en seres humanos. Las investigaciones se realizaron en ratones, debido a la gran capacidad reproductora de estos animales. El andrólogo Simón Marina colabora con los dos equipos médicos barceloneses. Creador del primer banco de semen de España, su trabajo consiste en detectar el ovocito en los cuatro o cinco centímetros cúbicos de líquido que recibe, una vez efectuada la laparoscopia. En una placa térmica, a 37 grados, vierte el líquido, detecta el ovocito, lo aisla y lo prepara. Es una operación rápida y aséptica que culmina con la incorporación del semen, que dispone de los nutrientes necesarios. Al final se introduce en la incubadora y se espera a que se produzca la fecundación.
"Hemos de ser prudentes y hasta dentro de dos o tres semanas; no sabremos si las posibilidades de embarazo de las mujeres a las que se les ha implantado el embrión son altas o si, por el contrario, se ha expulsado éste con la menstruación", insiste el doctor Pous Ivern. "Estamos en el camino, pero precisamente por ello debemos incrementar nuestros trabajos e intentar que la publicidad de las experiencias no genere problemas adicionales a nuestras investigaciones", matiza Dexeus.
En cualquier caso, todo parece indicar que el sucesor español de Louise Brown, aquella niña rubia que vino al mundo el 25 de julio de 1978 en Bristol (Gran Bretaña), gracias a los estudios del biólogo Robert Edwards y al médico Patrick Steptoe, será concebido en un laboratorio barcelonés.
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