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Los Reyes presiden la entrega de medallas de oro a representantes de todas las artes

La sala de Las Musas, del Museo del Prado, de Madrid, se convirtió ayer en el escenario en el que, después de muchos años, el arte folkórico español ha sido equiparado a los más altos niveles de creación durante el acto de entrega de las medallas de oro de Bellas Artes a diecinueve artistas, en un acto presidido por los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, y el ministro de Cultura, Javier Solana.

La lista de los premiados fue conocida la pasada semana. Sus nombres son: el fallecido folklorista Agapito Mazaruela (medalla que recogió el secretario provincial de Cultura de Segovia); Juana Mordó, propietaria y directora de arte de la galería Juana Mordó; el pintor Antonio López García; Eduardo Westerdahl, impulsor y crítico del superrealismo en España (medalla concedida a título póstumo que recogió su viuda, Maud Westerdahl); el escultor Cristino Mallo; el pintor y dibujante Fernando Zóbel; la actriz Nuria Espert; el Teatro Lliure; el cantaor flamenco Antonio Mairena; el bailarín y coreógrafo Antonio Gades (su galardón fue recogido por su mujer, Pepa Flores); el tenor Plácido Domingo; el compositor Ernesto Halffter; el director de cine Mario Camus; el decorador Manuel Gil Parrondo; el actor Agustín González; el maquillador Julián Ruis Prieto (la medalla fue recogida por su hijo); el hispanista francés Jean Cassou; el encuadernador artístico Emilio Brugalla, y Arthur Lundkvist, miembro de la Academia Sueca, cuya labor ha sido fundamental para difundir la obra literaria de autores españoles.Las medallas fueron entrega das por el rey Juan Carlos. Uno de los más aplaudidos, Antonio Mairena, considerado como un gran maestro del cante flamenco y una de las personas premiadas en las que confluían las características de estos premios, señaladas posteriormente por el ministro de Cultura: el reconocimiento de la cultura y el folklore popular.

Escudos artísticos

La actriz Nuria Espert fue la persona elegida por sus compañeros para agradecer, en nombre de todos, las medallas que ya guardaban en sus manos."Todos los premiados", dijo la actriz, "pertenecemos al gran árbol del arte. Formamos un grupo heterogéneo con un denominador común: un camino de dudas, una angustia constante que nos obliga a ir protegidos con dos escudos: uno interior para protegernos de la vanidad y del halago, y otro exterior para defendernos de la dureza. Estos escudos se han roto hoy con la presencia de los Reyes, que han sabido transmutar las medallas de oro con respeto, esperanza y estímulo".

El acto oficial se cerró con unas palabras de Javier Solana en las que destacó que, por primera vez, estos premios se abren a formas de creación injustamente marginadas en la lista de los honores oficiales. "El arte popular, la creación más libre y espontánea, el folklore tan rico de nuestro país, y también tan manipulado en nuestra reciente historia, vuelven a ocupar el sitio que por justicia les corresponde".

El ministro destacó también la presencia de los Reyes en el acto en el sentido de que es una forma de avalar lo anteriormente dicho y que "obliga a mantener el compromiso que tenemos suscrito con los artistas y profesionales que hoy son justamente homenajeados".

Solana habló de la dignidad que merece el artista moderno, y situó la acción amparadora del Estado en el marco de una actitud de respeto. "Desde la perspectiva de hoy", dijo, "nos es posible comprender que no puede hablarse de una auténtica alternativa que restituya la dignidad que el artista merece, si, a través de ella, no se logra que el cumplimiento de una creación en libertad no implique la marginación social y la ruina económica de quien la practica".

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