Partidas de colza precintadas en Rapsa contienen mezcla de aceites minerales, según el Instituto de la Grasa
El descubrimiento, realizado hace varios meses en Sevilla, de la presencia de aceites minerales en dos partidas de aceite de colza bruto y desnaturalizado, precintadas en los almacenes de Rapsa de San Sebastián cuando estalló el escándalo del fraude del aceite, no ha sido tenido en cuenta en la evaluación sobre las causas que han provocado el síndrome tóxico. Pedro García Barreno, presidente de las comisiones de investigación del Plan Nacional del Síndrome Tóxico, recientemente dimitido, no fue informado al respecto.
El descubrimiento de dichos aceites minerales por el Instituto de la Grasa abre el interrogante sobre si también se desvió aceite mineral al consumo humano. Si no fue así, dichas partidas quedarían invalidadas para realizar la pretendida reconstrucción del proceso de refino al que pudo ser sometido el presunto aceite causal del síndrome.Según la información obtenida por El PAÍS y ratificada por el doctor Agustín Vioque, del Instituto de la Grasa, centro dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CESIC), de Sevilla, en los almacenes de la empresa Rapsa, de San Sebastián, fueron precintados, al principio de la investigaciones sobre el fraude del aceite, dos partidas de colza bruto y desnaturalizado. Una de ellas contenía, en unos treinta bidones, unos 6.000 kilogramos de aceite, y la otra, en una gran cisterna, una cantidad indeterminada.
Por orden judicial, el subdirector general de Higiene de los Alimentos, Roberto Conty, envió muestras de estos aceites a diversos centros de investigación, entre ellos al Instituto de la Grasa. Poco después, este centro comunicó oficialmente a esa subdirección general los primeros resultados: las partidas no eran homogéneas, una de las partidas presentaba un anormal contenido insaponificable (presencia de impurezas que impiden hacer jabón con él).
Las autoridades habrían tenido que mezclarlas para reconstruir con ellas el proceso de refino al que pudo quedar sometidoel aceite presuntamente causante del síndrome tóxico, en la creencia de que estas partidas eran iguales a las que Rapsa vendió a Raelca, empresa madrileña supuestamente implicada en la distribución del aceite adulterado. Dicha reconstrucción podría ayudar al descubrimiento de la toxicidad causante del envenenamiento, aún desconocida. Y para proceder a esta operación se necesitaba técnicamente a suma de ambas ambas partidas, por lo que el Instituto de la Grasa recomendó, en el mismo informe, que la mezcla y reconstrucción del refino se hiciera después de conocer la causa de aquella insaponificación.
Falta la comunicación oficial
Hace unos meses que dicho instituto obtuvo los resultados indicadores de la mezcla de aceites minerales. Esta contaminación es del 4% en la partida de la cisterna y del 2% en la partida de los bidones. Pero todavía no se ha hecho la comunicación oficial de este descubrimiento.
Sobre la presunta toxicidad de estos residuos no hay, hasta el momento, ningún dato de valor. Vioque remitió algunas muestras de estos aceites al doctor Eduardo Rodríguez Farré, investigador del CESIC en toxicología, en Barcelona, el cual ha realizado experimentación animal con ellas, concretamente en ratones. No obstante, Vioque señala que la valoración toxicológica de esos aceites exige, en primer lugar, haberlos sometido al proceso de refino, cosa que no se hahecho. En el pasado mes de febrero, Vioque, en uno de sus viajes oficiales a Madrid, consideró que Carmen Salanueva debería conocer, como máxima responsable del Plan Nacional del Síndrome Tóxico, el curso de esas investigaciones. "Y, extraoficialmente, le informé de ello".
Agustín Vioque manifiesta que, "entre todas las muestras de aceite que se nos dieron como procedentes del consumido por enfermos del síndrome tóxico no se ha encontrado restos de aceites minerales". En consecuencia, dicho instituto se pregunta: Si las partidas precintadas eran del mismo aceite que vendió Rapasa a Raelca, ¿por qué en éste no se ha encontrado todavía residuos minerales?". Pero nadie les ha informado sobre si son o no diferentes. "Saber eso simplificaría y clarificaría mucho los trabajos". En dicho instituto llegan a una conclusión: "Si no se trata del mismo aceite, realizar el procesode refino con las dos partidas precintadas no sirve para nada". En cualqufier caso, Vioque no sabe por qué no se habló en el congreso organizado por la OMS, en el pasado mes de marzo, de la presencia de aceites minerales en aceites relacionados con el síndrome tóxico. "En el Instituto de la Grasa siempre hemos mantenido que, además de los indicadores de toxicidad como las oleoanilidas de ácidos grasos, derivadas de la anilina desnaturalizadora del aceite de colza, había que tener en cuenta otros elementos en las investigaciones."
Fuentes allegadas a la empresa Rapsa, de San Sebastián, informaron ayer a este periódico que "recientemente, hace unos quince días, se han recogido muestras por orden judicial, en las partidas precitadas en los almacenes".
Las recientes dimisiones de García Bareno, presidente de las comisiones unificadas del Plan Nacional del Síndrome Tóxico, y de Martín Municio, presidente de la comisión de investigación básica o biomédica, relacionadas con la desinformación que han sufrido sobre estas investigaciones, según fuentes oficiosas, son explicadas de forma distinta por la dirección del PNST.
Un portavoz oficial de la oficina de Carmen Salanueva manifestó ayer que "como dijo el presidente del Gobierno, se investigará en todas direcciones, hasta ir a China si es preciso, pero no podemos explicar a todas horas si se investiga en esto o en aquello".
Dicho portavoz añadió que la directora general del PNST "no sabe nada de aceites minerales y todas las cuestiones relacionadas con la investigación se han puesto siempre en conocimiento de las comisiones", e insistió en que las dimisiones de García Barreno y Martín Municio se deben a razones profesionales.
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