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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

El Premio Simón Bolívar

UN JURADO internacional ha dado el Premio Simón Bolívar a don Juan Carlos I. Es un premio que reconoce el valor de la lucha por la libertad y que lleva el nombre del que en toda América es conocido como El Libertador por antonomasia. Libertador de lo que entonces era la colonización española; que su nombre vaya a unirse ahora con el de un rey de España muestra la parábola trazada sobre, el cielo de la historia por la noción de libertad. Bolívar era un hombre que decía que la naturaleza ha depositado en nosotros, desde nuestro nacimiento, un deseo de libertad, pero que los hombres, por apatía o por "una propensión innata", soportan las cadenas que les sujetan. Tenía la idea de que son los pueblos y no los sistemas los que conducen a la tiranía, y decía que "los países que dependen de un solo hombre corren cada día el riesgo del jugador", y que si alguien pudiera sospechar que su vida podía tener otro sentido que no fuera el de salvaguardar los derechos del pueblo, "que no cuenten conmigo".Palabras que hoy podemos escuchar en los mensajes que el Rey envía, o devuelve, a América Latina, en el viaje del príncipe Felipe y una coordinación de su vida pública y privada. Nada hubiera sido más fácil para Juan Carlos I que recoger una ley de sucesión franquista y convertir España en el país de un solo hombre, con todos los riesgos abiertos. Y nada fue más directo y más claro en su vida, más coherente con lo que se ha propuesto para sí mismo, que decir las mismas palabras que Bolívar a los felones del 23 de febrero: "Que no cuenten con migo". Esas palabras bastaron para poner fin a una aventura a la que de otra manera se hubiera ahogado por medios sangrientos. Juan Carlos I está reconocido hoy en América Latina como uno de los paladines del sistema democrático, como fuente de libertades y como ruptura de cadenas. Que no, es sólo en América donde está reconocida esa actitud lo demuestra la composición internacional del jurado que ha fallado en París la concesión del Premio Simón Bolívar a su nombre. Unido al de otro luchador por la libertad, Nelson Mandela, que vive en una prisión de África del Sur por enfrentarse a una tiranía y defender su pueblo contra la ignominia del apartheid. Al unir los dos nombres en un solo premio, el jurado internacional ha reconocido que no distingue entre situaciones, fastos, poderes o circunstancias, sino que premia a hombres, en un trono o en un calabozo, que se han enfrentado con la necesidad de contribuir en sus medidas posibles a la libertad de sus pueblos y de una manera independiente de los resultados.

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