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500 lingüistas estudian la semiótica como medio para descifrar la cultura actual

"La semiótica no es una llave que abre todas las puertas de las ciencias que interpretan la realidad ni aporta soluciones milagrosas a todas las cuestiones que se plantea el mundo de la ciencia de hoy". Esta expresión del lingüista Tzvetan Todorov puede explicar las múltiples tendencias que se registran en el congreso internacional sobre Semiótica e Hispanismo que se inauguró ayer en la sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid y en el que participan más de 500 especialistas de 40 países quienes pretenden, entre otras cosas, aplicar la semiótica para descifrar los signos de la cultura de nuestro tiempo.

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Durante cinco días los estudiosos de los lenguajes en sentido amplio es decir, no sólo de los idiomas hablados , sino también de la comunicación literaria, del cine, del teatro, la política, la radio, la televisión y la publicidad, entre otros, analizarán los métodos más modernos y avanzados de investigación de la cultura hispánica a la luz de los distintos sistemas de signos que se presentan en la realidad.Desde la sesión inaugural se plantearon las dudas sobre esta nueva y pretendida ciencia y el interés que existe en los medios científicos por encontrar el objeto adecuado de esta nueva actividad interdisciplinar. El acto de apertura fue presidido por el subsecretario de Cultura, Mario Trinidad, y contó con la participación del alcalde de Madrid, Enrique Tierno; el catedrático y académico, Fernando Lázaro Carreter; el presidente de Instituto de Cooperación Iberoamericana, Luis Yáñez; el vicepresidente del CSIC, Javier López el secretario del congreso, el catedrático Miguel Angel Garrido Gallardo.

La tendencia mayoritariamente representada en esta reunión científica es la de los filólogos y lingüistas canalizados a través del Instituto Miguel de Cervantes de Filología Hispánica, que ha organiza do el congreso. Asisten, entre otros, Todorov, H. Weinrích C. Bremond, G. Bettetini, Fernan do Lázaro Carreter y Cesar Segre.

Los grandes ausentes

En la reunión se nota la falta de algunos grandes ausentes como el fallecido R. Jakobson, que había anunciado su deseo de participar en este congreso cuando se estaba gestando; Iuri Lotman, "ausente en contra de su voluntad y de la de los organizadores"; Thomas Sebeok, presidente de la Asociación Internacional de Semiótica; Umberto Eco, que firmó la convocatoria del congreso pero que ha preferido otros compromisos -actualmente se encuentra en Nueva York-, y A. J. Greimas, a quien no se le ha llamado. Tampoco asistirá uno de los más importantes especialistas en semiolingüística de la Universidad de Bolonia y de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, Paolo Fabri, muy relacionado con el entorno de Umberto Eco.

Falta de tendencias

Fabri ha explicado que esta reunión tiene importancia para España en unos momentos de gran dinámica cultural pero que aún así le parece un congreso de "innovación reaccionaria". "El congreso tampoco tiene una adecuada participación de tendencias".Según Lázaro Carreter, corresponde a quienes se consideran semióticos, "un viejo término platónico que ha agitado todos los saberes y todas las ciencias actuales", encontrar un orden común a la confusión y a la torre de Babel que existe en torno al campo de la significación, "reducto difícilmente accesible por su naturaleza no material". El lingüista español cree que, a pesar de estas dificultades de definición de la nueva ciencia, del congreso pueden salir síntomas para la estabilidad semiótica.

Para el alcalde de Madrid, el profesor Tierno Galván, la semiótica tiene diversas aplicaciones, entre otras la que se puede estudiar a partir de la realidad urbana. "Confío", dijo Tierno a los congresistas, "que esta urbe sea objeto de reflexión para una definición de la semiótica urbana. Espero que encuentren los signos de Madrid homogéneos y bien codificados y puedan andar por la ciudad sin perderse".

Tzvetan Todorov, responsable de la primera ponencia científica sobre el tema El conocimiento semiótico, explica que la semiótica no es una ciencia nueva "ya que en sí misma, más que una ciencia es un punto de vista específico sobre el objeto de otras ciencias". "No puedo defender ningún discurso imperialista sobrela semiótica; no se puede decir que haga las veces de una nueva ciencia, sino más bien supone la introducción de una nueva perspectiva, un nuevo punto de vista y una nueva forma de interpretación del mundo moderno".

Para el língüista búlgaro (Sofia, 1939), afincado en París desde 1963 y autor, por lo menos, de once libros relacionados con las ciencias del lenguaje, una de las funciones de la semiótica en la sociedad contemporánea es descifrar los códigos sobre los que se sustenta la simulación. "Esta función ya la ha señalado Roland Barthes. Si se estudian mejor los códigos sociales se podrán entender mejor las estratagemas políticas o publicitarias de que es víctima la sociedad contemporánea". No obstante Todorov explica que la primera función de la semiótica ni la más esencial no es denunciar la simulación en la que nos vemos inmersos.

Todorov, cuyo último libro de carácter estructuralista La conquista de América. El conocimiento del otro, ha sido recibido con fuertes polémicas, trabaja en la actualidad sobre la historia de la ideología en Francia a través de los filósofos, políticos e intelectuales. "Me interesan también los problemas de relación con el otro considerado como un hecho cultural y como hecho individual".

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