La Generalitat valenciana podría pedir que se aplace la inauguración de Cofrentes
La central nuclear de Cofrentes, que es la más potente, con escasa diferencia sobre las demás, de la llamada segunda generación española, comenzará a funcionar a finales del próximo mes de octubre. Mientras tanto, la Generalitat valenciana estudia las condiciones de seguridad y no descarta la posibilidad de pedir que no entre en funcionamiento. A estas alturas no se cuenta con un plan provincial de emergencia, que deberá elaborarse bajo la dirección del Gobierno Civil de Valencia y para cuya redacción se ha celebrado una reunión sin resultado positivo. El plan habría de prever la evacuación de la zona en caso de accidente.
El gobernador civil de Valencia, Eugenlo Burriel, ha manifestado a EL PAÍS que la Dirección General de Protección Civil está elaborando un plan marco de emergencia, sobre el que luego se realizarán planes concretos para cada zona. "Una vez que esté confeccionado y lo conozcamos", señaló, Io que haremos será lanzarlo a la realidad física de Cofrentes".Burriel no se quiso pronunciar sobre si este trámite retrasará la puesta en funcionamiento de la central, pero sí aseguró que "Protección Civil está decidida a que no cargue el reactor hasta que no haya plan de emergencia". Por su parte, la Mesa para la paralización y el desmantelamiento de la Central nuclear de Cofrentes, que engloba organizaciones ecologistas, políticas y sindicales, ha celebrado diversos actos antinucleares, el último de los cuales ha sido una marcha a Cofrentes.
Hidroeléctrica Española, empresa propietaria de la central, no tiene ninguna duda sobre su entrada en funcionamiento. "A finales de octubre cargaremos combustible y esperamos llegar al 100 por 100 de la potencia del reactor en abril de 1984", dice Manuel Acero, director de la planta. Y ello es así porque la central tiene todas las autorizaciones necesarias y, salvo que se produjese alguna orden de la Administración en contra, el programa se desarrollará según lo previsto por Hidroeléctrica.
Debate sobre la seguridad
La seguridad de la central nuclear de Cofrentes, tan debatida cuando se inició su construcción, en 1974, y en los años inmediatamente posteriores, volvió a ser actualidad a raíz de las inundaciones del pasado mes de octubre, durante las cuales el agua deterioró algunas de las instalaciones auxiliares de la central e hizo que las 1.200 personas que trabajan en ella quedasen incomunicadas por carretera durante 24 horas.En aquella ocasión, el presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma, que aún no había tomado posesión del cargo, señaló que su partido reconsideraría la puesta en funcionamiento de la central. Lerma dijo entonces que la planta debería pasar nuevos controles de seguridad, pues no daba gran credibilidad a las garantías ofrecidas por el Consejo de Seguridad Nuclear.
El actual presidente de la Generalitat decía que el consejo debería ser más plural. en su composición. No obstante, como parece que el PSOE no se ha decidido a tomar las iniciativas necesarias para cambiarla, Lerma y sus compañeros de partido no han vuelto a poner el acento en este punto, si bien han reiterado que la Generalitat valenciana podría oponerse a la entrada en funcionamiento si no considera satisfactorias las condiciones de seguridad que reúna la central.
El Gobierno autonómico ha dedicado gran atención en los últimos meses al problema, pero no tiene competencias directas ni sobre energía nuclear, ni sobre el plan de emergencia, ni tampoco sobre el control hidrológico, por lo que es muy poco lo que podría hacer. Pese a todo, el director general de Participación Ciudadana y Calidad de Vida de la Generalitat, Benito Sanz, opina que "si no hay un plan provincial de emergencia probablemente nos opondremos a que Cofrentes comience a funcionar".
'Cargar combustible'
Se suele pensar que la entrada en funcionamiento se produce cuando el reactor está a pleno rendimiento, pero en realidad corresponde a lo que se suele denominar cargar combustible. En ese momento, el uranio enriquecido, que actualmente está almacenado en pastillas en un edificio acondicionado para ello, comenzará a ser colocado en el reactor para empezar la llamada fase de pruebas, en la que hay ya fisión nuclear, funciona el conjunto de los elementos de la central y se produce energía que es vertida a la red eléctrica.La única diferencia con el funcionamiento definitivo es que la capacidad de producción de energía se va aumentando paulatinamente y que todavía no se cuenta con la autorización defintiva del Ministerio de Industria y Energía. Ahora hay una autorización provisional, que es la que seguirá en vigor mientras se comprueba el funcionamiento de los diferentes elementos, primero, y del conjunto, después, cuando ya se esté en la fase de pruebas nucleares.
Hay que señalar que, según manifestó Manuel Aero a EL PAÍS, se puede estar trabajando indefinidamente con la autorización provisional. Sólo una central nuclear española, la de Vandellós, cuenta con la definitiva, y hay otras tres en funcionamiento: Zorita, Santa María de Garoña y Almaraz I.
Para los miembros de la Mesa hay muchas interrogantes sobre la central que deberían ser despejadas. Una de ellas es la inexistencia del plan de avacuación de emergencia. A ello se uniría que no hay informes que consideren fiables sobre las condiciones de construcción, pues la composición del. Consejo de Seguridad Nuclear no se considera idónea, y el hecho de que en España no se ha llevado a cabo un debate sobre energía nuclear como sí se ha hecho en otros países.
Los responsables de la central, por su parte, estiman que la planta reúne unas óptimas condiciones de seguridad. Todos los edificios en los que habrá elementos radiactivos -en este momento todavía no, porque no ha comenzado la fisión- tienen una construcción antisísmica en función de dos carriparias de medición de microsismicidad, de acuerdo con las instrucciones, de la Junta de Energía Nuclear y el Instituto Geográfico Nacional.
Por lo que respecta al peligro de inundaciones, Hidroeléctrica afirma que los estudios de la central preveían situaciones más graves que la de octubre de 1982, en que se rompió la presa de Tous. Se contempló incluso la posibilidad de catástrofes como la hipotética rotura simultánea de las presas de Alarcón y Conteras.
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