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Reportaje:

La sombra de Aníbal planea de nuevo sobre Sagunto

La ciudad de Sagunto vive horas de tensión, ante la inminen cia de una posible decisión gubernamental para desmantelar la cabecera de Altos Hornos del Mediterráneo. El próximo 1 de julio termina el plazo establecido por el ministro de Industria y Energía, Carlos Solchaga, para que la comisión de seguimiento de la reestructuración de la siderurgia integral dé una solución al futuro del sector. Parece que este acuerdo no se logrará, y será el ministerio quien decida. Los proyectos gubernamentales ya son conocidos: desmantelar la cabecera de la factoría saguntina.

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El recuerdo de la destrucción de la ciudad, el año 216 antes de Cristo, por las tropas cartaginenses de Aníbal, después de ocho meses de asedio, es lugar común en estos momentos, en que el desmantela miento de la siderurgia puede causar grandes transformaciones en la vida de un pueblo que vive básicamente de esta industria. El alcalde socialista de Sagunto, José García Felipe, que junto con el resto de la corporación ha pedido la dimisión de Solchaga, tiene en su despacho una copia de El último día de Sagunto, un óleo de Francisco Domingo Marqués, de 1869. Se trata de una pintura romántica, cuyo original está en el Palau de la Generalitat, de Valencia, que describe la batalla final y el incendio de Sagunto.Una figura masculina, con barba y largo cabello negro, sobre un carro dirige a los invasores. Es Solchaga?". "No me gustaría que lo fuera", dice García Felipe. La actual Sagunto es un municipio con 55.000 habitantes, divididos en dos núcleos de población: Sagunto propiamente dicho y puerto de Sagunto, que distan entre sí unos cinco kilómetros. La ciudad está al pie de las murallas de la antigua Sagunto y conserva las ruinas de un teatro romano, que son uno de los restos más importantes de la reconstrucción que hicieron los escipiones después de la destrucción que llevó a cabo Aníbal. El puerto constituye el núcleo de población más importante, con unos 36.000 habitantes, en gran parte procedentes de una larga emigración que vino de Andalucía, La Mancha y Aragón, a la sombra de la siderúrgica, que se construyó entre 1917 y 1922. Ha constituido un colectivo diferenciado del de la ciudad. En ésta predominan los valencianoparlantes y en el puerto los castellanoparlantes. Con unos 4.200 trabajadores, AHM es prácticamente, la única fuente de riqueza del pueblo y, tanto las familias que dependen directamente de ella como los comerciantes y el resto de población que trabaja en el sector servicios, ven con gran preocupación la posibilidad del cierre, que podría convertir al pueblo, total o parcialmente, en una ciudad deshabitada.

La obsesión por el problema es generalizada, y de ello dan mues tra no sólo las manifestaciones que han protagonizado los saguntinos -la última el pasado día 14 en Madrid ante la sede del Minis terio de Industria y Energía- sino los carteles alusivos que figuran en todos los comercios sin excepción. "No a la muerte de un pueblo", di cen las inscripciones, bajo una ca lavera con las tibias cruzadas. Es verdaderamente imposible dar cinco pasos por puerto de Sagunto sin encontrar uno de esos rótulos.

Esperando a Felipe

La tensión en el momento presente es todavía mayor que en otros. El alcalde señalaba a EL PAÍS que el viernes pasado recibió una llamada del jefe del gabinete de la presidencia del Gobierno, Julio Feo, para comufficarle la hora en que el próximo día 27 Felipe González recibirá a una representación de la corporación. "Es obvio lo que le vamos a decir", indica García Felipe. "Vamos a intentar tocar su fibra más sensible para hacerle comprender el verdadero problema de Sagunto con el desmantelamiento de AHM. Aunque el presidente es conocedor del asunto, queremos que sepa de primera mano la magnitud que tiene el problema en la actualidad." "Vamos a pedirle que interceda, ante el ministro y a recordarle que Sagunto ha demostrado en las últimas elecciones, con una mayoría aplastante, que conria en los socialistas". García Felipe, que vive en el

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puerto y es natural de Hellín (Albacete) rechaza la posibilidad de pensar en otras alternativas industriales para absorber el desempleo que se crearía con el desmantelamiento de la cabecera. "Ello sería perder la esperanza de que esto no se va a desmantelar. Y yo todavía estoy convencido de que Sagunto es el emplazamiento idóneo para una siderurgia competitiva, porque está avalado por informes técnicos solventes". Un cierto descontrol

A partir de mañana (lunes, 20) y durante toda la semana, el Ayuntamiento de Sagunto ha decidido paralizar sus actividades -comisiones, permanente y plenocomo medida de presión. El alcalde está preocupado por la psicosis existente en el pueblo. "La preocupación va en aumento", dice, "es enorme. Se acercan las fechas límites, la fecha fatídica en caso de que no se llegue a un acuerdo en la comisión de seguimiento, y esto preocupa enormemente a la población". El PSOE saguntino se ha desmarcado considerablemente de las posturas de su organización en función del problema que tiene planteado la ciudad. Preguntado sobre si ello ha supuesto algún tipo de fricciones o advertencias, García Felipe niega rotundamente: "No, en absoluto". La electricidad que hay en el ambiente se puede medir también en, el comité de empresa de la factoría de AHM. Su presidente, Miguel Campoy, militante de base de CC OO, se muestra muy preocupado a la salida de una asamblea de trabajadores para estudiar nuevas acciones de protesta. "Hasta ahora", dice Campoy, "todas las acciones que se han llevado a cabo habían sido asumidas unánimemente por todos los trabajadores. Pero ahora, debido a la proximidad de la fecha de la posible decisión definitiva del Gobierno, se ha iniciado una especie de descontrol que es muy perjudicial para nosotros y no sé qué consecuencias podrá tener". "Se está creando", añade, "una situación rarísima en el contexto de la lucha que han mantenido los trabajadores de AHM, y eso hace que nos preocupemos, porque todo lo que se ha estado haciendo hasta ahora ha dado lugar a acciones positivas, con unos resultados evidentes. Pero ahora, si no somos capaces de rectificar, el más beneficiado será el ministro Solchaga, que podrá aplicar cualquier criterio que no contemple el mantenimiento de la fábrica". Campoy es ahora muy pesimista, y contrasta fuertemente su estado de ánimo con el que mostraba hace unos meses, cuando declaraba a este periódico (28 de marzo de 1983): "Pensamos que la Administración se ha equivocado y ha tenido que dar marcha atrás en sus planteamientos iniciales. Y eso ha sido así porque aquí los trabajadores, los partidos políticos, las centrales sindicales, las asociaciones culturales, el comercio y hasta incluso los compañeros del PSOE y la Unión Genereal de Trabajadores están en la piña que hoy es Sagunto"

Campoy, no obstante, no ha perdido del todo las esperanzas. "Parece", dice, "que la Adminis tración pudiera plantear el mantenimiento de la cabecera, con el cierre de algún horno alto o sin alguna inversión básica". El presidente del comité de empresa piensa que todas las declaraciones del Gobierno hasta el momento van encaminadas a la violación de los acuerdos sobre la siderurgia integral de 1981. "No puede cometer esa equivocación el Gobierno socialista, tiene que reconsiderarlo", dice Campoy pensativo. El conflicto de Altos Hornos del Mediterráneo está a punto de cumplir cinco meses. Se originó el pasado 4 de febrero cuando el presidente de AlIM y Ensidesa, José María de Lucía, dio la orden (le paralizar el horno alto número dos de la factoría. El comité de empresa se negó a acatar la orden y el conseller de Industria y Comercio de la Generalitat valenciana, Segundo Bru, consigue anular la orden tras una conversación telefónica con el director general de Industrias Siderometalúrgicas, Eduardo Santos.

Cinco meses de conflicto Desde entonces hasta ahora, con la reciente petición de dimisión de Solchaga por el pleno del ayuntamiento de Sagunto, las movilizaciones masivas periódicas han sido la tónica de la respuesta dada por los habitantes de Sagunto a las declaraciones gubernamentales sobre el posible cierre de la cabecera de la factoría. La más multitudinaria de las manifestaciones fue la celebrada el 16 de febrero, en Sagunto, a la que acudieron entre 30.000 y 35.000 personas, según fuentes de la Policía Municipales. El 28 de febrero, entre 5.000 y 6.000 personas procedentes de Sagunto se manifiestan en Valencia, rodean el Palau de la Generalitat, donde se celebraba una sesión de las Cortes Valencianas, y retienen en su interior durante varias horas a los diputados. Más tensa fue la situación creada en el propio puerto de Sagunto el 18 de marzo, cuando una mulititud impide la salida del interior de la factoría, durante 10 horas., a José María de Lucía, profiriendo insultos y amenazas contra él. El más grave de los incidentes que el conflicto ha generado ocurrió el 27 de abril, cuando el presidente de la Generalitat valenciana, Joan Lerma, del PSOE, fue agredido por manifestantes cuando se disponía a entrar en un mitin de su partido, dentro de la campaña electoral. Un miembro de su escolta hubo de efectuar dos disparos al aire para evitar que algunas de las personas que acompañaban a Lerma fuesen heridas de consideración, en el momento en que el presidente conseguía entrar en el cine.

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