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La política atlantista de España causa 'perplejidad' en la Unión Soviética

La Prensa soviética comienza a no disimular su sorpresa por los últimos gestos dirigidos hacia la OTAN por el Gobierno español. Según el corresponsal en Madrid del vespertino gubernamental Izvestia, la presencia del ministro de Defensa, Narcís Serra, en el Comité de Planes de Defensa de la OTAN -que se reunió la pasada semana en Bruselas- ha causado perplejidad en la opinión pública de nuestro país.Según el corresponsal del citado vespertino, los observadores se interrogan en Madrid sobre la razón por la que Serra acudió a esta reunión del alto organismo de la OTAN, cuando el Gobierno socialista se ha mostrado más de una vez partidario de mantener en suspenso la integración en la organización militar de la Alianza Atlántica.

La perplejidad ha crecido aún más -se afirmaba también- cuando el ministro anunció que el Ejército español participaría en las maniobras conjuntas de esta organización. El corresponsal de Izvestia agregaba que el movimiento a favor de la retirada de España de la comunidad atlántica, que "amenaza los intereses nacionales", continúa creciendo en nuestro país.

La Prensa soviética, en efecto, ha dado abundante difusión a las manifestaciones celebradas últimamente en España contra la permanencia en la OTAN y contra las bases norteamericanas. La perplejidad que Izvestia atribuye a la opinión pública española sobre la política atlántica del Gobierno socialista es, muy probablemente, un reflejo de la misma perplejidad soviética.

Cuando el pasado 28 de octubre el PSOE ganó las elecciones legislativas, la Prensa de Moscú se apresuró a recordar las promesas electorales de este partido sobre la celebración de un referéndum que cuestionara la militancia atlántica de España. Más adelante, el diario Pravda llegó a publicar una resolución del PCE -partido que, por eurocomunista, no goza de la devoción del Kremlin- en la que se invitaba al nuevo Gobierno a definirse sobre el tema.

Moscú incrementó indisimuladamente su asombro cuando Felipe González se mostró en Bonn comprensivo con la doble decisión por la que, de no llegarse a un acuerdo en las conversaciones de desarme de Ginebra, comenzarían a instalarse los euromisiles en el viejo continente. Simbolizando las críticas de la opinión pública española respecto a esta toma de posición del presidente González, la agencia oficial Tass llegaba a citar entonces, entre otras, las declaraciones del dirigente de Alianza Popular Guillermo Kirkpatrick.

Para algunos observadores, la relativa frialdad con la que los soviéticos acogieron la reciente visita del ministro español de Exteriores, Fernando Morán, tiene algo que ver con la, sorpresa de Moscú.

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