La política exterior española

Hay, al parecer, dificultades cantadas en Bonn entre el embajador, Foncillas, y el agregado militar, Pardo de Santallana. Y a Bonn fue ayer el teniente general Lacalle Leloup, presidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor y, en su momento, miembro de la junta de fundadores de Fuerza Nueva, grupo autodisuelto de la ultraderecha española.Algunos observadores alemanes poseen una memoria de paquidermo y no- aciertan a comprender las razones que inspiran al ministro español de Defensa, Narcís Serra, una blandura muy matizada en el ejercicio de su cargo. El Ministerio alemán de Defensa, por otra parte, minimiza la visita oficial de Lacalle Leloup, sin Regar por ello a herir susceptibilidades. Pero en algunos observatorios extranjeros se califican desfavorablemente ciertos signos externos de pubilanimidad en el Gobierno español.

La política exterior e interior española debe atender a varios frentes, y uno de ellos -el norteamericano- va a recibir este mes la visita del presidente González, quien ha realizado una larga antesala política en varios países de Hispanoamérica. No acudirá así el seftor González a Washington para rendir pleitesía mediterránea, sino para apretar clavijas en el terreno económico, sin perjuicio de que el señor Reagan escuche la opinión del presidente español sobre asuntos tan delicados como la paz en Centroamérica y el Caribe, y hasta sobre la conveniencia de que en este conflicto sea escuchada la voz de Cuba. Desde la Moncloa -o, dicho de una forma más clásica y menos exacta, desde el palacio de Santa Cruz- se empiezan a trazar las líneas maestras de una nueva política exterior de España, y en este sentido el viaje a Hispanoamérica del presidente González, fortalece las posiciones negociadoras del Gobierno socialista ante Washington. Y, por simpatía, ante Europa.(...)

7 de junio