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Próxima 'visita privada' del primer ministro francés a Madrid, invitado por Felipe González

El primer ministro francés, Pierre Mauroy, vendrá el próximo domingo día 12 a Madrid en "visita privada", invitado por su colega español Felipe González, según anuncio recogido por la agencia France Presse del palacio de Mattignon, oficina de la presidencia del Gobierno en París. La visita está precedida de la que realizará el jueves el ministro francés para la CEE, Andre Chandernagor, y ambientará políticamente la cumbre hispanofrancesa prevista para la primera decena de julio en La Granja de San Ildefonso.

Fuentes del palacio de la Moncloa han situado la visita en el plano de la amistad personal que une a ambos primeros ministros. Pero medios diplomáticos conceden gran significación a la fecha elegida para el viaje de Mauroy, precisamente al regreso de Felipe González de los países latinoamericanos, incluidos los del grupo de Contadora, y justo antes de acudir a la cita pendiente con Ronald Reagan en Washington, el 20 de este mismo mes.La visita de Pierre Mauroy se ha preparado de manera que permita amplias horas de charla a solas entre los dos primeros ministros. Estará desprovista de las rigideces y detalles protocolarios y honoríficos a los que tanto tiempo se sacrifica en estas ocasiones, y es muy posible, incluso que su primera jornada, la del domingo, discurra fuera de Madrid, en algún lugar mas propio para el descanso y el encuentro personal. El lunes Mauroy será recibido por el Rey y tendrá un almuerzo en el palacio de la Moncloa, al que se piensa que pudieran asistir algunos minis tros y los embajadores francés en Madrid y español en París. Luego habrá un encuentro informativo, en torno a un café, sin las formalidades de una conferencia de prensa.

El Ministerio de Asuntos Exteriores sólo pudo confirmar ayer la realidad del encuentro previsto, del que tuvo las primeras noticias por la agencia francesa. Ningún papel previo ha sido solicitado a los servicios competentes del ministerio, que ignoran el temario que vaya a ser abordado en las conversaciones. Fuera, por consiguiente, de los esquemas funcionariales, los observadores, diplomáticos conceden una significación muy precisa a la fecha elegida para el encuentro: al regreso del viaje que Felipe González acaba de realizar a los países del grupo Contadora, comprometidos en la misión de paz para Centroamérica, y en vísperas de la cita concertada con el presidente Ronald Reagan en Washington.

En círculos europeos se ha subrayado con frecuencia que entre las aportaciones políticas de España está su conocimiento específico de América Latina. Ese fué uno de los temas abordados, por ejemplo, en la visita a Madrid del ministro belga de Asuntos Exteriores, Leo Tindemans, el 25 de mayo pasado. La presencia junto a Felipe González del primer ministro francés, Pierre Mauroy, sugiere a los obsevadores una confirmación del papel que en Latinoamérica puede jugar el presidente español del Gobierno. Dentro de una cierta división del trabajo en la política internacional de la CEE, igual que a Francia se le han encomendado especiales misiones respecto a África, podrían reconocérsele otras a España en América Latina. Ahora, como presidente del Gobierno, Felipe González recibiría un encargo análogo al que, en la esfera que le es propia, tuvo encomendado por la Internacional Socialista durante los últimos años.

El extraordinario eco local que en las capitales visitadas por Felipe González -Santo Domingo, Bogotá, Caracas, Panamá y México- ha tenido la presencia del presidente español, y la esperanza que su gestión suscita, son factores cuidadosamente evaluados en Washington. Y el domingo y lunes su colega y compañero socialista francés Pierre Mauroy tendrá una versión de primera mano que llegará por esa vía hasta la curribre de Sttutgart y la Casa Blarica. "El refrendo latinoamericano de Felipe González y su reconecimiento europeo puede ser la pértiga con la que consiga mejorar su salto en Estados Unidos", señalaba un exministro holandés.

Adolfo Suárez, que acaba de mantener en sus intervenciones en el Wilson Center y en la Unversidad Nacional de Defensa de Washington posiciones muy semejantes a las de Felipe González sobre el conflicto centroamericano, comentó a EL PAIS que había encontrado gran comprensión en los medios del Partido Demócrata y entre los intelectuales norteamericanos, pero que las posiciones duras e intervencionistas de Ronald Reagan alimentan un ambiente popular impreganado del convencimiento de que esa zona del hemisferio afecta a la seguridad nacional de los Estados Unidos, y favorable a sacar de ello consecuencias militares. La solución bélica tendría, en opinión del ex presidente del Gobierno español, gravísimas consecuencias mundiales, y Europa, que las ha evaluado, no puede dejar de dar su parecer al respecto.

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