Matrimonio y Hacienda
La pregunta clave que desde aquí quiero lanzar a los poderes públicos es ésta: ¿cuál es la célula básica de la sociedad: el individuo o la familia? Lo primero parece lo lógico. Pero para el Ministerio de Hacienda la sociedad debe estar constituida por la suma de unidades familiares, ya que es dicha unidad quien cotiza en el impuesto sobre la renta, y no el individuo como tal. Resulta así que si uno, un buen día, decide, desde el fondo de su individualidad, compartir su vida con una inujer, que ademásPasa a la página 12
Viene de la página 11
trabaja, y comete la equivocación de hacerlo bien a los ojos de la sociedad, es decir, se casa, se verá sometido a una penalización por este concepto en el IRPF. En efecto, la suma de los sueldos de ambos cónyuges da como resultado una cuota a pagar mucho mayor que la suma de las correspondientes a cada uno de ellos por separado. Es significativo a este respecto que la deducción general de 10.000 pesetas por enfermedad y otros gastos se aplique por igual a un individuo y a una unidad familiar.
Para ser más concretos, en nuestro caso, hecha la declaración por separado, resulta ser negativa en unas 10.000 pesetas para cada uno, y si la hacemos según mandan los cánones tenemos que pagar, conjunta y solidariamente, cerca de 50.000 pesetas. Aparece, por tanto, y de una manera solapada, un impuesto sobre el matrimonio. Si es esto lo que se pretende, dígase así públicamente. Y si no, refórmese la ley por parte de quien corresponda. Porque, además, la Constitución afirma que todos somos iguales ante la ley. ¿Acaso los casados no? Finalmente, para pagar lo mismo que dos solteros en las mismas condiciones, nosotros deberíamos tener cinco hijos. Un número menor te hace desigual ante la ley. /
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.