Un documento sobre la guerra civil española desaparece de los archivos oficiales británicos
Al menos un documento relacionado con la guerra civil española ha desaparecido de los archivos oficiales británicos (Public Record Office), según señaló a EL PAÍS el historiador alemán Hartmut Heine, autor de La oposición política al franquismo. Heine afirma que en un catálogo inicial de documentos relativos a la segunda guerra mundial figura la mención Churchill y los monárquicos españoles, mención que ha desaparecido en el catálogo posterior. "Para mí, es evidente que ha desaparecido intencionadamente", afirma.
El historiador, que vive en el Reino Unido, ha centrado su investigación en los primeros años del régimen franquista, y mantiene que si Franco no cayó tras la segunda guerra mundial, como esperaba la oposición, fue debido más a la actitud británica que a la estadounidense."Creó que la oposición española ha sido injusta reprochando a Estados Unidos que sostuviera la dictadura", explica. "Franklin Delano Roosevelt mantuvo una actitud mucho más honesta e incluso idealista que el primer ministro conservador Winston Churchill".
Heine asegura que la "comprensiva actitud de Churchill hacia Franco pudo justificarse al principio, porque el objetivo esencial era mantener a España fuera de la segunda guerra mundial, y cualquier provocación hubiera podido alinear a Franco junto al Eje", pero que a partir de un cierto momento está ya claro que España no va a participar en el conflicto, y entonces la "comprensiva actitud de Churchill" sólo es justificable por una cierta afinidad.
Carta de Churchill a Roosevelt
El primer ministro conservador, afirma Hartmut Heine, no tenía especial admiración por la figura de Franco -le consideraba demasiado brutal-, pero creía que el régimen franquista era bueno desde el punto de vista de los intereses británicos. "La mejor prueba", añade, ",es una carta que figura en los archivos y que creo que no ha sido nunca publicada. Es una carta de Churchill dirigida a Roosevelt en 1944. El Gobierno norteamericano había dado instrucciones a sus embajadores para que apoyaran giras de políticos españoles contrarios a Franco, y Roosevelt afirmaba que nunca olvidaría la actitud del general español, apoyando moralmente a la Alemania nazi. Churchill le dirige entonces, una carta advirtiendo de los peligros de desequilibrar el régimen franquista y asegurándole que el Reino Unido no participará en operaciones de ese tipo".En la carta a la que alude Heine, Winston Churchill afirma: "No siento mucha simpatía hacia Franco, pero tampoco quiero que después de la guerra la Península Ibérica sea hostil a los británicos. En este país no se apoyaría la idea de atacar a países cuyos Gobiernos totalitarios no nos agrada, pero que no nos han molestado. No sé si hay más libertad en la Rusia de Stalin que en la España de Franco. No es mi propósito armar pleito con ninguno de ellos".
Labor de 'concienciación'
Churchill realiza, según Heine, una importante labor de "concienciación" de Roosevelt, tal vez porque el primer ministro británico intuyó antes que: el presidente de Estados Unidos el inicio de la guerra fría con la Unión Soviética y prefería un régimen dictatorial en España siempre que fuera profundamente anticomunista. "Hay detalles muy curiosos", añade Hartmut Heine. "Por ejemplo, cuando don Juan quiso ir de Suiza a Portugal, vía Londres, el Gobierno británico no le autorizó a pasar por Gran Bretaña".La oposición política al franquismo (Ed. Grijalbo) contiene no sólo un amplio estudio sobre las relaciones de las potencias extranjeras con las fuerzas antifranquistas, sino también un detallado análisis de la actuación de dichas fuerzas de oposición en el período comprendido entre 1939 y 1952. "Elegí esa fecha porque coincide, poco más o menos", afirma Heine, "con el agotamiento, incluso físico, de la oposición procedente de la guerra civil, principalmente protagonizada por los anarquistas (CNT), que intentaron una reconstrucción sindical, y por los comunistas. Hasta 1956 no comenzará la nueva oposición".
El historiador español Ángel Viñas, que prologa el libro, califica La oposición política al franquismo de "radiografía historiográfica de una frustración colectiva" y añade que su lectura constituye un "auténtico trallazo" para los españoles nacidos bajo la dictadura.
