Weather Report busca los orígenes
Era viernes y hacía buen tiempo sobre el famoso y pluridisciplinar (fútbol, boxeo, lucha libre ... ) campo del Gas madrileño. Todo era calma en aquel recinto polvoriento y sólo a medias lleno. Era la espera del concierto, Weather Report no habían aparecido y la actividad se desarrollaba más bien fuera del recinto. Mientras unos cuantos chiflados derribaban una valla cercana perteneciente a un chatarrero, miembros de la policía municipal en una delicada pirueta hacia tiempos pasados, se desentendía de los derribadores y preferían emprenderla a palos con algún que otro vendedor ambulante o con los fotógrafos de Diario 16 y EL PAIS que también recibieron lo suyo.Grave delito este de informar sobre la brutalidad. Es más, en una alarde de efectividad policial, ambos fotógrafos fueron detenidos y posteriormente acusados de instigar una especie de motín contra los hombres de azul. Los hay que alucinan demasiado.
Weather Report
Concierto de música de jazz-rock Campo del Gas Madirid. 27 de mayo de 1983.
Como quedó dicho, dentro del campo las cosas se preparaban para comprobar si Weather Report podría superar la ausencia de su bajísta-figura Jaco Pastorius. Si conseguiría repetir su propia magia y llenaría el ambiente con aquellos encajes que varios miles de personas tuvimos ocasión de acariciar hace siete años en Badalona.
Por aquel entonces el grupo de Wayne Shorter y Joe Zawinul era la mejor tarjeta de visita que podía tener el llamado jazz-rock. Era un grupo maduro, Heno de instrumentistas superdotados, y sobre todo, con una solidísima reputación a sus espaldas (Blakey, Miles Davis- Cannonball Adderiey y otros). Comenzaron en 1970 tras una portada etérea y bellísima y una música derivada de Miles Davis, para quien Zawinul escribió lo que pudo considerarse como el ultimo movimiento en jazz. In a Silent Way.
Ninguno solo
Lo esencial en Weather Report era la organicidad de su trabajo. Frente a la típica postura de líder con banda, Shorter y Zawinul pusieron en circulación y éxito el concepto de "todos solo y ninguno solo", consistente en que, cuando uno de los músicos tiene una intervención en primer plano, el resto no se limita a un acompañamiento más o menos monótono sino que construye un universo constantemente renovado y en conexión íntima con el improvisador principal. Esto les permitía crear en ambientes -movedizos, mágicos, donde la inspiración surgía de manera tan milagrosa como necesaria.Todo esto viene a cuento de que, tras la incorporación en 1976 del prodigioso y muy exhibicionista bajo Jaco Pastorius, este concepto comenzó a diluirse poco a poco, sobretodo en las actuaciones. Y eso, podía ser malo.
El hecho es que Jaco Pastorius ya no está en Weather Report y que el último álbum del grupo (Profession) recuerda ya desde su portada al Black market, primer disco con la colaboración parcial del tantas veces mencionado bajista. El comentario del concierto, aún contando con las excelencias del juego rítmico entre la batería de Omar Hakim, la percusión de Jose Rossi y el bajo de Victor Bailey, admirando el intento de regeneración del grupo y todo el resto, no puede ser demasiado expresivo. Llevan pocos conciertos y se percibía la rigidez que da la inseguridad. Los temas iban desde lo caribeño y algo fogoso a lo melancólico y aural. El sonido, siendo bueno hacia la mitad del campo no afinaba con los niveles de cada instrumento, las improvisaciones eran algo forzadas y los registros de los sintetizadores de Zawinul no acababan de encontrar su punto. Esto no quiere decir que aquello fuera un concierto nefasto, ni mucho menos. Esta gente, en el campo del Gas, con la luna llena, dobermans de la seguridad e histerias policiales puede seguir emocionando. Pero sólo de cuando en cuando, el resto era una buena compañía para la charla.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.