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Una sentencia calificada como benévola

El 18 de enero de 1982, en la Audiencia Provincial de Tarragona, empezó a escribirse el epílogo de la tragedia del camping de Els Alfacs, donde cuatro años antes habían muerto 215 personas y otras 67 habían resultado heridas a consecuencia de la explosión de un camión cargado de propileno. En el banquillo de los acusados se sentaron seis personas sobre las que gravitaba una petición de 11 años y seis meses de prisión, por un presunto delito de imprudencia temeraria de carácter profesional.La discusión judicial se centró en aquel vehículo sobrecargado en 4.000 kilos de gas y en los responsables de que el vehículo hubiese salido de la planta de Enpetrol en tales condiciones.

El 28 de enero, después de seis largas sesiones públicas, la Audiencia Provincial, de Tarragona absolvió a los dos responsables de la empresa Cisternas Reunidas, propietarias del camión aljibe, a un alto cargo de la empresa Enpetrol y a un empleado de escasa categoría profesional que el 11 de julio de 1982, cargó el vehículo. La sentencia provocó una serie de declaraciones en cadena. Mientras el abogado Rafael Nadal, que había ejercido la acción popular, declaraba que le parecía "demasiado benévola la sentencia", el defensor de uno de los acusados, el actual ministro de Administración Territorial, Tomás de la Quadra, reclamaba la suspensión del juicio y la retroacción de la causa a la instrucción de la misma, a la vista de las nuevas pruebas. Se anunciaba así la decisión de recurrir ante el Tribunal Supremo.

Más información
La acción popular en el caso de Els Alfacs pide ante el Tribunal Supremo una sentencia más dura

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