Animación

La feria se anima. Con el triunfo de Paco Ojeda ha vuelto el calor a los tendidos. Sus paisanos vinieron desde Sanlúcar a animarle y terminaron por animar a los demás tendidos con sus palmas por bulerías: esto se asemejaba a una plaza del cálido sur. Muchas personas conocidas en la sombra, incluso los padres del Rey, que el otro día veían su primera corrida desde hace décadas. Hasta el tiempo colabora: ha salido el sol y ya no hace frío. De repente hay ambiente. Paco Ojeda tuvo un triunfo grande, aunque se puede discutir la calidad de su toreo y la de las reses que lidió; cortó dos orejas y salió a hombros por la puerta grande. Ojeda es testarudo: el público exigente le pedía que abreviara y él no hizo caso, iba a lo suyo, que era arrimarse, conectar con el tendido. Ya habrá más ocasiones de verle con mejores y más encastados enemigos para juzgarle, pero en su presentación hizo lo que tenía que hacer. Tiene casta, y ha dicho que no hay límites a su ambición de ser figura. Ayer había gran expectación por ver a Antoñete, Curro Vázquez y Niño de la Capea. Aunque la corrida fue televisada, se registró una buena entrada. Luego el ganado decepcionaría y los diestros no se acoplaron con los toros. Pero sigue la expectación por verles de nuevo.Se ve a muchos políticos en el tendido, incluso entre barreras: Enrique Múgica, Enrique Barón, Javier Moscoso, Pablo Castellano, Ignacio Aguirre. Hasta Enrique Tierno Galván ha estado en los toros. Es un aficionado que entiende. También muchos toreros retirados; Paco Camino, Julio Aparicio, Jaime Ostos y Pepe Luis Vázquez, hijo.

Ostos lamenta la falta de auténticas figuras, como dice que había en su época; figuras como Puerta, Camino, El Viti, El Cordobés... Pepe Luis Vázquez, hijo, espera torear unas diez o doce corridas esta temporada en el sur para ver si puede arrancar de nuevo. Le gustaría ir a Sevilla en la feria de San Miguel. Los entendidos afirman que estuvo muy bien en la feria de Abril, y él mismo cree que merece más oportunidades, aunque reconoce que aún puede haber públicos que no le perdonan su mimado lanzamiento. "Todavía estoy sin cuajar, aún no he dado todo lo que llevo dentro", contaba a la entrada de los toros.

Los sectores más exigentes del público siguen exigiendo. Muchos aficionados, sobre todo en el tendido siete, van provistos de grandes pañuelos verdes para pedir la devolución de los toros cojos o inválidos. Hasta ahora los presidentes les han hecho poco caso, lo que da lugar al grito "¡El palco es de Chopera!" Estos intransigentes han acuñado otro grito para cuando los banderilleros no clavan bien o marean a un toro agonizante con sus capotazos: "¡A la huelgal ¡A la huelga.!".

Se acercan los carteles de lujo. Hay ambiente.