Juez y árbitro
J.V "¿Pa cuándo el pañuelo verde, señor jues?", voceaba un mexicano en Las Ventas, dirigiéndose al palco. Aquí le llamamos presidente, pero le tenemos también por árbitro. En cualquier caso, juzga, dirige y debe ser garantía de seriedad para público y lidiadores. Lo que no debe ser, en cambio, es funcionarío timorato o inffibido, principalmente cuando el toro padece invalidez y los espectadores protestan con toda razón su presencia en el ruedo. Queda fuera,de toda duda que los presidentes son imparciales, en el sentido de que no sirven intereses de nadie y menos aún de la empresa. Pero precisamente por ello nunca se llegará a comprender la razón por la cual se abstienen de devolver al corral los toros que, con toda evidencia, no son aptos para la lidia.
Babelia
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