La fuerza nuclear francesa y británica, obstáculo para un acuerdo en Ginebra

El despliegue de 572 misiles norteamericanos Pershing 2 y de crucero en cinco países de Europa Occidental, previsto para finales del presente año, está pendiente del resultado de las negociaciones de Ginebra sobre los euromisiles, entre Estados Unidos y la Unión Soviética, que se reanudan hoy en un clima de escepticismo.Para el Kremlin, el acuerdo es imposible si Estados Unidos se empeña en no admitir los arsenales nucleares de Francia y Gran Bretaña (más de 400 ojivas, según Andropov) como parte de la negociación. A partir de aquí, la URSS acepta el principio del equilibrio, pasando incluso por la reducción de sus actuales efectivos, pero siempre que no se llegue al despliegue, ni siquiera parcial, de los euromisiles.

Las delegaciones de las dos superpotencias, presididas por Yuli Kvitsinski (por parte soviética) y Paul Nitze (por parte norteamericana), defienden en la ciudad suiza posiciones contrapuestas que han sido presentadas recientemente por los máximos dirigentes de ambos países, Yuri Andropov y Ronald Reagan, claramente preocupados por ganar también la batalla de la opinión pública.

Andropov dio hace dos semanas un importante paso adelante al aceptar que se contabilicen cabezas nucleares y no vectores (los SS-20 soviéticos tienen tres cabezas y los euromisiles norteamericanos sólo una).

Estados Unidos, cuyo presidente ha dejado de considerar a la opción cero (eliminación total en Europa de los músiles de las dos superpotencias) como única válida, aceptaría una solución intermedia, qué podría articularse en torno a las 300 cabezas nucleares por bando, sin incluir a los misiles biritánicos y franceses.

La negociación sobre desarme nuclear entre ambas superpotencias tiene otra importante cita el mes próximo, también en Ginebra, cuando se reanuden las conversaciones sobre reducción y control de armas estratégicas (START).

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