Ya sólo faltan 22

Los pesimistas creían que esta feria no iba a terminar nunca, pero la propia dinámica del tiempo les desmiente: ya sólo faltan 22 corridas. En realidad, los aficionados a otros espectáculos son menos afortunados que los taurinos, en el sentido de que no tienen tantas oportunidades de satisfacer su afición. Los del fútbol, los de la música clásica, pongamos por ejemplo, a lo mejor no pueden presenciar 23 partidos o 23 conciertos a lo largo de todo el año, y en cambio los de los toros tienen corrida 23 días seguidos. Y luego está el resto de la temporada, que duplica esta cifra.Los empresarios se quejan de que no hay afición a los toros, pero el. planteamiento organizativo del espectáculo -disparatado, por cierto- permite suponer que afición es precisamente lo que sobra. Lo que ocurre es que la empresa de Madrid está empeñada en llevar el público a la plaza como si fuera a la oficina, y le somete a tal presión económica, incluso social y familiar, que terminada la feria y cumplido el festejo número 23 tarda en recuperarse. Después de contemplar la lidia de 138 toros a lo largo de 23 tardes consecutivas, lo menos que podría pedir un aficionado es descanso. Sin embargo, cuatro días más tarde de nuevo tendrá que ir a la plaza, para la corrida de Beneficencia. Y la temporada sigue.