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Aprobados los criterios provisionales para elegir rectores y otros altos cargos de la universidad

Los rectores de universidad se elegirán por el claustro correspondiente de entre los catedráticos numerarios o profesores agregados de carrera, mientras que los vicerrectores y el secretario general de universidad serán designados por el rector, de entre el profesorado, ya sea de carrera, interino, o contratado, según el proyecto de ley de medidas urgentes en materia de órganos de gobierno de las universidades aprobado ayer por el pleno del Congreso.

Presentó el proyecto el ministro de Educación y Ciencia, José María Maravall, quien cerró el debate para responder a la explicación de voto del diputado del Grupo Popular Fernando Suárez, quien valoró como hipócrita el planteamiento igualitario del texto que se acababa de aprobar.El proyecto de ley, cuyo objetivo es cubrir el vacío hasta que la futura ley de reforma universitaria regule la autonomía de las universidades, permitirá la provisión de una serie de cargos en los órganos de gobierno de las universidades, que en la actualidad están irregularmente nombrados.

La ley regula también el nombramiento de otros cargos universitarios, para el desempeño de los cuales "será preciso tener dedicación exclusiva" y en ningún caso podrán ejercerse simultáneamente con los de órganos de gobierno del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y de sus centros.

Excepto esta última matización, consecuencia de una enmienda defendida por el diputado del Grupo Popular, Isaías Zarazaga, el resto de las enmiendas fueron rechazadas. El planteamiento de las mismas fue doble. Por un lado, desde la Minoría Catalana, Josep López de Lerina pretendió que para la elección de rectores de universidad quedarán equiparados los catedráticos y los profesores agregados, ya fueran funcionarios de carrera, de empleo interino o contratados. En cambio el diputado del Grupo Popular, Manuel García Amigo, defendió que para la provisión de todos los cargos de responsabilidad de la universidad se exigiera la calidad de funcionarios de carrera, y sólo en el caso de que no existieran en la universid tales funcionarios podrían ser designados profesores interinos o contratados de los mismos niveles.

A, unos y otros bloques de enmiendas contestó el diputado socialista, Alfonso Lazo, quien reconoció que la enmienda de la Minoría Catalana se encontraba más próxima a los planteamientos socialistas.

Rechazadas las enmiendas de ambos grupos, Fernando Suárez explicó el voto de su grupo, para evitar los juicios de intenciones realizados por los socialistas sobre la pretendida defensa de privilegios por parte de la derecha. Suárez recordó que en las Cortes orgánicas su voto fue el único que se opuso, en 1970, a la Ley General de Educación, y criticó al Gobierno socialista de volver a incurrir en errores parecidos a los de aquella ley.

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Réplica del ministro

Fernando Suárez dijo que la homologación retributiva anunciada por el ministro es un estímulo al menor esfuerzo y estimó injusto pretender equiparar a profesores ilustres, como Guasp o Hernández Gil, con el último ayudante contratado. Aseguró que este planteamiento es hipócrita, como queda demostrado en las diferencias que el propio proyecto de ley establece para el rector y para el decano. Abogó por una jerarquización intelectual y recordó que un rector que contrate a muchos profesores puede crearse su propio cuerpo electoral para una futura reelección. Remató la intervención más brillante del debate citando a Winston Churchill ("no podeís curar el cáncer con una mayoría de votos") y a José Ortega y Gasset, cuando manifestó que una democracia desmesurada puede convertirse en plebeyismo.El ministro de Educación contestó que la futura ley de reforma universitaria, solucionará la la mentable situación actual, que ni Fernando Suárez ni los grupos políticos a los que ha pertenecido han sido capaces de hacer. En cuanto a la polémica sobre profesores de carrera y contratados, aseguró que no estaba dispuesto a aceptar que Nicolás Cabrera pudiera resultar discriminado por ser profesor contratado y no funcionario. Terminó señalando que ni los catedráticos constituyen solamente la esencia de la universidad, ni los profesores no numerarios son su única garantía de modernidad, y aseguró que la defensa de estos criterios habían merecido el apoyo de diez millones de votos el 28 de octubre.

A continuación Alfoso Osorio defendió la enmienda del Grupo Popular a la totaslidad del proyecto de ley de incompatibilidades de diputados y senadores, pero antes de que se sometiera a votación la retiró.

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